Aceptar que la muerte es parte del final de un ciclo de vida, es la tarea más difícil para los seres humanos.

Todos, en algún momento, hemos recibido la triste noticia del fallecimiento de una persona muy cercana y con esto, el impacto directo a nuestra estabilidad emocional.

Un caso muy particular ocurre con quienes son amos de mascotas.

El hecho de disfrutar momentos en la vida, acompañado de un perro o un gato, verlos crecer, ayudarlos a superar sus enfermedades, entre otras cosas, hacen que el cariño hacia el animal siga creciendo, tanto así que se torna como un miembro más de la casa o inclusive un hijo.

Pero llega el día en que menos pensamos y la noticia de la muerte de una mascota es un duro golpe sicológico que se vuelve difícil de afrontar.

Según estudios hechos en Gran Bretaña, un 90% de los dueños de las mascotas experimentaron trastornos en los hábitos de sueño o tuvieron dificultades en temas como alimentación, causados por síntomas de depresión clínica.

Esta investigación concluye que el fallecimiento de una mascota es una pena muy profunda para muchas personas , sobre todo a las que son menos sociables.

Por esto es necesario entender que llegará el momento en que dejarán de existir y cuando eso pase, se debe hacer un proceso de duelo completo, buscando las mejores formas de recordar a su mascota.

Tras la muerte, lo primero que debe pensar es qué va a hacer con el cuerpo del perro o gato.

Enterrarlo es una de las recomendaciones para poder visitar su tumba y así tener un sitio donde recordarlo.

Otra opción recordarlo en un cementerio virtual, donde usted pueda cargar una fotografía y relacionarse con personas que también han sufrido la pérdida de su mascota.

Los especialistas recomiendan que lo que no se debe hacer en la etapa de duelo es tener una nueva mascota inmediatamente.  No intente reconocer en otro animal, al que ya no está físicamente con usted.

Por eso, si cree que es necesario llorar por él, hágalo.

Aprenda a vivir sin su presencia, pero siempre tenga en mente los buenos recuerdos que le dejó mientras estuvo a su lado.

Escribirle una carta donde estén sus palabras de despedida puede ser una buena terapia, expresando todos sus sentimientos hacia él, lo que cambió en su vida.

Tampoco se culpe por la muerte del animal, tenga en cuenta siempre que hizo todo lo posible para mantener su bienestar.

César Millán, más conocido como el ‘Encantador de perros’, recuerda que para superar la muerte de su pit bull Daddy, ayudó a otros perros a vivir, los rescató y les dio una nueva oportunidad.

“Aprendemos a sentir dolor pero debemos dejar ir a esa mascota, la única manera que encontré es  rescatando perros, así siento que contribuyo a su descanso”, aseguró en una conferencia en Estados Unidos.

Pese a que no existe un periodo para establecer cuánto dura una pena tras la muerte de un animal, este hecho no puede ser motivo para no tener más mascotas en su vida.

Otros perros o gatos esperan la oportunidad de vivir que usted le pudo brindar a uno que ya no está.

En el momento en que asimile más la situación, regale los utensilios de su mascota, tal vez otro animal le pueda sacar provecho.

Por último, tenga siempre presente a alguien a quien pueda expresarle cómo era la relación con la mascota, cuéntele todo lo que hacían y las cosas que aprendió junto a ella.

Y si  ve afectado por el insomnio, ansiedad o apatía, un especialista será el indicado para ayudarle.