El paleontólogo Edwin Cadena, profesor de la Universidad del Rosario y oriundo de Zapatoca, Santander, junto a un estudiante de geología de la Universidad Nacional de Colombia, Diego Combita, hallaron fósiles de tortugas marinas que ayudan a entender la evolución de estos animales.
“Lo que muestran los fósiles de Zapatoca es que el gigantismo en este grupo de tortugas fue una característica adquirida tempranamente en su proceso evolutivo y no algo que surgió a través del tiempo. El tamaño inicial de estas tortugas fue cercano a dos metros de largo, algo bastante grande para cualquier tortuga de su época”.
El estudio de los fósiles, que será publicado en la revista internacional Zoological Journal of Linnean Society, presenta el análisis de varios huesos de las extremidades y restos fósiles del caparazón.
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La investigación, cuenta Cadena, también explora las condiciones ecológicas y demuestra que estas tortugas marinas extintas tenían que enfrentar posibles ataques realizados por tiburones, como se evidencia en marcas de cortes hechas por los dientes de estos en la superficie de los huesos de las tortugas.
“Los fósiles de tortugas marinas de Zapatoca contribuyen a la comprensión de los ecosistemas antiguos y las posibles dinámicas ecológicas y ambientales que dieron forma a la evolución de estas magníficas criaturas. Las tortugas marinas que habitaban este antiguo mar constituían un grupo hermano, pero a su vez distinto de las tortugas marinas actuales, conocido como Protostegidae”, indica Cadena, geólogo de la UIS y director del programa en Ciencias del Sistema Tierra de la Universidad del Rosario.
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Este hallazgo se suma a otros realizados por este santandereano y su equipo en dos zonas de Colombia. En el ‘mar de fósiles’, como le llama Cadena a Zapatoca, fueron encontrados por el científico partes de una mandíbula y de algunas extremidades de los primeros reptiles voladores de Colombia, conocidos como pterosaurios y también un fósil de tiburón de dientes planos en Santander, que constituyó el primer registro en su grupo en América.
También descubrió, con apoyo de Rubén Darío Vanegas, del Museo de Historia Natural de La Tatacoa, es el registro más antiguo en el país del género de la tortuga Podocnemis o tortuga de río como se conoce comúnmente, especie que actualmente está en peligro de extinción.
“A medida que nuestra comprensión de la vida prehistórica continúa aumentando, estudios como este desempeñan un papel crucial en descubrir los secretos de los antiguos habitantes de nuestro planeta y sus notables adaptaciones”, indicó el paleontólogo.
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