Una discusión entre madre e hija terminó convertida en un brutal episodio de violencia en Dosquebradas, Risaralda. Maryuri Gaspar fue asesinada, presuntamente, por su hija el pasado martes 25 de noviembre.

El día transcurría con normalidad en la vivienda donde residía Maryuri junto a sus hijos, hasta que un reclamo por el uso del celular alteró la convivencia. La madre, molesta por el tiempo que su hija dedicaba al dispositivo, decidió desconectar la red wifi y cambiar la clave. Esta acción habría desatado la furia de la joven, de 18 años, quien abandonó la casa visiblemente alterada.

Horas después regresó. Lejos de calmar los ánimos, la tensión se reavivó apenas cruzó la puerta. Testigos señalan que la discusión continuó con mayor intensidad, al punto de que las voces se escuchaban desde el exterior.

En medio del altercado, la joven se dirigió a la cocina, tomó un cuchillo y entró a la habitación donde estaba su madre. Allí, en un espacio reducido y sin posibilidad de defensa, la atacó en repetidas ocasiones. Luego la joven se fue nuevamente de la casa.

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El horror fue descubierto por el hermano menor de la presunta agresora, un adolescente de 17 años que encontró a su mamá gravemente herida sobre la cama. De inmediato pidió ayuda y la trasladó al hospital Santa Mónica de Dosquebradas. A pesar de la rápida reacción del joven y de los esfuerzos médicos, Maryuri no logró sobrevivir.

Cuando la Policía llegó a la residencia, la supuesta agresora ya no estaba. Había escapado minutos después del ataque, lo que obligó a las autoridades a iniciar su búsqueda de inmediato.

Allegados de la víctima describieron a Maryuri como una mujer alegre, trabajadora y dedicada a su hogar. Relataron que ese mismo día había pasado la tarde pintando y organizando los adornos navideños. También mencionaron que no era la primera vez que la joven mostraba conductas agresivas hacia su madre, aunque jamás se imaginó que la situación pudiera llegar a un extremo tan devastador.

La Fiscalía y la Policía adelantan las investigaciones para reconstruir minuto a minuto lo ocurrido y determinar con precisión las motivaciones detrás del ataque. Mientras tanto, el paradero de la joven de 18 años sigue siendo desconocido.

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