En el barrio Paseo del Puente etapa II en Piedecuesta, vecinos grabaron un video en el que quedó registrada una brutal agresión hacia una mujer a manos de un motociclista.

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Aunque la Policía Metropolitana de Bucaramanga no ha recepcionado ninguna denuncia, la víctima confirmó que esta golpiza fue protagonizada por prestamistas, también conocidos como ‘gota a gota’.

De hecho, añadió que el problema empezó cuando su mamá pidió prestado. Aunque no sabe cuál fue la cifra que solicitó en principio, lo cierto es que estos sujetos le han reclamado por 40 mil pesos. La mujer añadió que, como su progenitora se encuentra internada en una clínica por una cirugía de emergencia, ella no pudo cancelar el monto exigido. Y justo después de negarse a pagar, empezó la tortura.

El video registró solo una de las tres veces que estos sujetos han amedrentado a la joven y a sus hijos, menores de edad. Incluso, la más reciente intimidación fue la que quedó grabada. Esa vez, según la víctima, dos hombres la intimidaron con insultos y amenazas cuando ella les confesó que su mamá no estaba en casa.Como la mujer no les entregó el dinero, los sujetos se subieron a una motocicleta y el conductor aceleró para agredirla. Dice ella que la cortó cuando decidió embestirla. Apenas ella sintió la herida, los golpeó con un palo.

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Los prestamistas, que ya se preparaban para huir del lugar, descendieron del vehículo y uno de ellos, el conductor arremetió contra la mujer. La empujó y la golpeó en el suelo sin importarle la presencia de un menor de edad. Después de la golpiza, huyeron en una Suzuki, de referencia GN.

“Antes de irse, me amenazaron con volver y romper los vidrios de nuestra casa. Lo que me preocupa es que vivo en arriendo y esta vivienda no es mía. No es la primera vez que vienen a amenazarnos. Cuando llegan, siempre rompen o golpean las cosas de nuestro hogar”, aseguró.

Según manifestó la mujer, su mamá habría adquirido este préstamo al llamar a uno de los números que aparecen en volantes que los mismos ‘gota a gota’ han puesto por debajo de las puertas.

“He intentado botar todos esos papelitos. Realmente es una situación preocupante. Después de la agresión, me quedó un dolor en la espalda, del que aún no me recupero”, añadió la víctima.

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