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Firmantes de paz crean una granja experimental en Mesitas, Hacarí
Granja experimental, motor para resarcir el tejido social en el Catatumbo.
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Javier Sarabia Ascanio
Javier Sarabia
Sábado, 7 de Diciembre de 2024

Un proceso de reconstrucción del tejido comunitario lidera la Agencia de Reincorporación y Normalización, ARN, la Misión de Verificación de las Naciones Unidas, el Observatorio Socioambiental y Agropecuario del nororiente colombiano con estudiantes del colegio en el corregimiento de Mesitas, jurisdicción del municipio de Hacarí.

Los protagonistas son los firmantes de paz del año 2016 quienes deben cumplir con unas responsabilidades hacia el desarrollo comunitario para resarcir ciertos daños, manifestó el director del Observatorio, José Manuel Alba Maldonado.
 
Fueron suscritos unos convenios con los aliados para asesorar los aspectos fundamentales en la adecuación de una granja experimental agroecológica en la región.
 
“Va a servir en primera instancia como un punto de encuentro entre los firmantes de paz, comunidad general y estudiantes del corregimiento de Mesitas donde se ejecutarán proyectos productivos de tipo agropecuario generando una red en aras de la construcción del conocimiento que va a redundar en el tejido social”, precisó Alba.


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Ese espacio pretende generar un acercamiento entre las nuevas generaciones, los reincorporados y la comunidad en torno a proyectos productivos innovadores, eficientes como una alternativa económica en la región a la hora de apartarse de los cultivos de uso ilícito, agregó el especialista.
 

Firmantes de paz de Hacarí trabajan en la adecuación de una granja experimental para resarcir el tejido social.
 
Hablar el mismo lenguaje 

La Institución Educativa rural del corregimiento de Mesitas, en el municipio de Hacarí es el epicentro de los encuentros de la comunidad, junto a estudiantes y firmantes de paz, para participar en actividades prácticas orientadas al desarrollo de la granja comunitaria. 
 
El espacio de formación busca fortalecer las habilidades en proyectos productivos, pedagógicos y de investigación, promoviendo la sostenibilidad y el crecimiento en el marco del proceso de paz en la región del Catatumbo, manifestó el maestro orientador, Juan Manuel Paredes Llaín, profesional de apoyo del Consultorio Socioambiental y Agropecuario del nororiente colombiano.


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Los participantes trabajaron en la preparación de materiales necesarios para los siguientes pasos de implementación de la granja, asegurando que cada miembro esté activamente involucrado en la creación de este espacio transformador. La actividad también brindó a los asistentes la oportunidad de aprender sobre técnicas agrícolas y de gestión que contribuirán a la autosuficiencia y el bienestar de la comunidad. 
 

Firmantes de paz de Hacarí trabajan en la adecuación de una granja experimental para resarcir el tejido social.
Acuerdos de paz en marcha 

La iniciativa surgió en el interior de la Asociación de los firmantes de los acuerdos denominado Hacaripaz donde se suscriben compromisos con las regiones llamadas ‘Agendas comunitarias’ por la reconversión sociolaboral.
 
“Ellos tratan de subsanar las heridas generadas por el conflicto armado durante muchos años en la región para volver a hacer parte de la comunidad articulándose con las acciones comunales y los habitantes”, agregó el maestro Paredes.
 
En Mesitas se generó un proceso de reconversión en el cual se plantea una granja integral que tenga la visión particular como una especie de zona donde puedan confluir este tipo de actores en aras de un verdadero perdón y compromiso de cambio donde el guerrillero no se vea como firmante de paz sino como integrante de una comunidad. 

La granja está enfocada en la generación de unos procesos productivos diferentes a los tradicionales, enfocada a la agroecología con valores agregados a los productos y un mayor impacto económico.
 
Además, busca la réplica en otras regiones y de esta manera generar una economía más versátil para el cultivador como cacao, café, agroecológicos y procesos pecuarios de calidad.


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“Los estudiantes son el futuro del Catatumbo y esos muchachos deben observar el campo como una alternativa de vida y no se vayan a las ciudades a engrosar los cordones de miseria.  De acuerdo a los análisis el sector rural se está volviendo viejo y requiere una renovación total”, afirma el instructor.

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Firmantes de paz de Hacarí trabajan en la adecuación de una granja experimental para resarcir el tejido social.
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