La Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) determinó que 34 miembros del Batallón de Infantería No. 15 General Francisco de Paula Santander cumplieron con los requisitos para recibir la renuncia a la persecución penal, en el marco del caso de los asesinatos y desapariciones forzadas conocidos como “falsos positivos” en Norte de Santander. Esta decisión implica la extinción definitiva de la acción penal y disciplinaria en su contra, al no haber sido seleccionados como máximos responsables.
Cuatro hechos en 2007 y 2008 en Ábrego y Ocaña
Los 34 comparecientes estuvieron involucrados en cuatro hechos registrados entre 2007 y 2008 en los municipios de Ábrego y Ocaña. En estos eventos fueron asesinadas seis personas, jóvenes engañados y trasladados desde Soacha (Cundinamarca) hacia el noreste del país, donde fueron ejecutados extrajudicialmente y presentados falsamente como bajas en combate.
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Las víctimas fueron identificadas como:
• Camilo Andrés Valencia (7 de diciembre de 2007, Ocaña)
• Fair Leonardo Porras Bernal (11 de enero de 2008, Ocaña)
• Elkin Gustavo Verano Hernández y Joaquín Castro Vásquez (15 de enero de 2008, Ábrego)
• Yonny Duvián Soto Muñoz y Jaime Castillo Peña (12 de agosto de 2008, Ábrego)
La decisión fue adoptada por la Subsala Catatumbo de la Sala de Definición de Situaciones Jurídicas de la JEP, tras evaluar los aportes de verdad y los reconocimientos de responsabilidad hechos por los comparecientes en tres audiencias realizadas en 2024 y 2025. En estos espacios, participaron familiares de las víctimas, como Jacqueline Castillo Peña, Luz Marina Bernal Parra, Soraida Isabel Muñoz Badillo, Flor Hilda Hernández y Elvira Vásquez Álvarez.
Durante las diligencias, las víctimas indirectas pudieron formular preguntas directamente a los comparecientes, lo que permitió reconstruir los hechos con un nivel de detalle superior al alcanzado por la justicia ordinaria. En particular, en el caso de Fair Leonardo Porras Bernal, la JEP concluyó que también se configuró el crimen de guerra de tratos crueles, inhumanos y degradantes, según lo dispuesto por el Estatuto de Roma.