Desde hace 40 años, en los sectores más vulnerables de Villa del Rosario, se viene desarrollando una serie de intervenciones en pro de mejorar las condiciones de salubridad y educación en sus habitantes.
Todo esto inició el 18 de septiembre de 1984 con la fundación del Club Rotario de Villa del Rosario, institución en la que ha participado un número considerable de médicos, abogados, bacteriólogos, contadores públicos, entre otras profesiones, con el objetivo de brindar asistencia social.
Cabe destacar que el Club Rotario proviene de Rotary International, una organización internacional que busca líderes empresariales, sociales y demás, para prestar servicios humanitarios en comunidades en situaciones precarias.
En la actualidad el club está compuesto por 19 profesionales, que desde hace cuatro años atienden las necesidades del barrio Montevideo, desarrollando brigadas de salud en el salón comunal de ese sector, que según se conoció fue construido por el club en apoyo de los habitantes.
No obstante, en los barrios Lomitas, Navarro Wolf, La Esperanza, La Parada y Montevideo I y II, son los lugares donde el club ha puesto sus ojos, como afirmó Carlos Camargo, el director de proyectos de servicio con la comunidad.
De acuerdo con Camargo, “nos enfocamos en estas zonas populares debido a las necesidades por las que pasan sus comunidades, y en todo este tiempo hemos apostado por dos enfoques: la salud y la educación”.
Varios enfoques
Conforme a lo señalado por Nancy Pacheco, presidenta del Club Rotario, “se hacen campañas antiparasitarias, detección de diabetes, detección de hipertensión arterial, y también realizamos valoraciones de pacientes en torno a la optometría y hacemos donación o entrega de lentes”.
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Este último, es uno de los programas banderas de Rotary International en la salud visual, y es desarrollado en todos los países a los cuales accede la organización.
En pro de la educación
No obstante, uno de los rasgos que identifica al Club Rotario es su compromiso con la educación en el municipio histórico, pues de la mano con los recursos financiados por el organismo internacional, se han levantado siete instituciones educativas en diferentes barrios.
Además, se han adelantado jornadas de dotación con implementos como pupitres, tableros, sillas mesas, en articulación con la institución educativa Sin Fronteras, con el propósito de que los niños de esas zonas tengan un entorno adecuado para su desarrollo académico.
“Gracias a estas intervenciones la educación en el barrio ha mejorado notoriamente, pues ahora se les nota a los niños con más alegría de venir a estudiar, ya que tienen un mejor entorno”, declaró una residente de Montevideo I.
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