La rutina diaria de Oliver Pérez Blanco, de 18 años, se inicia apenas despunta el alba: toma tinto, desayuna y a las siete de la mañana comienza a ‘raspar hoja de coca  en uno de los cultivos que hay cerca de su lugar de residencia. 

Ante la falta de oportunidad para ingresar a una universidad a formarse en una carrera profesional eligió el camino de raspachín en los cultivos de coca que cubren gran parte de los municipios de esta región nortesantandereana.

Así como Oliver, miles de jóvenes en el Catatumbo han visto en la hoja de coca la única alternativa de ingresos económicos, sin embargo, esto podría dar un giro de 360 grados “si solo les diéramos una oportunidad para estudiar”, dice el ministro de Educación, Daniel Rojas Medellín.

Darly Dayana Mejía, otra joven catatumbera menciona que ha dado muchas vueltas sin éxito, de aquí para allá, para poder estudiar una carrera y entrar a una universidad. “No es fácil para nosotros, a nivel nacional, ingresar a una universidad, y aquí en el Catatumbo es todavía más difícil por temas de conexiones y por temas de transporte para los traslados a las cabeceras municipales”, dice.

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En muchas veredas del Catatumbo las escuelas solo ofrecen estudio hasta noveno grado, lo que deja a muchos jóvenes sin opciones para continuar sus estudios. En esta tarea de abrir nuevos horizontes y de ampliar la cobertura están el Ministerio de Educación Nacional y la Gobernación de Norte de Santander.

De hecho, una buena noticia les fue anunciada a trece jóvenes del Catatumbo que en el pasado se dedicaban a la recolección de hoja de coca. Sus vidas darán un giro hacia lo que siempre habían soñado: ser profesionales, y ello gracias a que fueron admitidos de forma especial en la Universidad Popular del Cesar.

Ellos se aprestan a iniciar sus estudios de educación superior desde el segundo semestre de 2025 en las sedes de Aguachica y Valledupar, muy cerca del territorio en donde han vivido desde que nacieron.

Esta acción hace parte de la Ruta del Amor por el Catatumbo, una estrategia del Gobierno del Cambio liderada por el Ministerio de Educación Nacional, que busca devolver la esperanza a territorios marcados por la pobreza, la desigualdad y el conflicto armado.

Los estudiantes no solo contarán con programas académicos pertinentes, sino que recibirán acompañamiento integral: hospedaje, alimentación y subsidios de sostenimiento que les permitan permanecer y avanzar en su formación universitaria.

Durante el acto de presentación, Luis José Rodríguez Torres, secretario general de la Universidad Popular del Cesar, reafirmó el compromiso de la institución con la transformación social:

“Hoy estoy convencido de que la Universidad Popular del Cesar honra su compromiso con la justicia social y con el derecho a la educación, gracias a los acuerdos del Consejo Académico liderado por nuestro rector, Robert Romero Ramírez”.

Maritza Molina, secretaria general del Ministerio de Educación, compartió con los jóvenes un mensaje del ministro Daniel Rojas Medellín: “Nuestro compromiso es lograr que en los territorios históricamente golpeados por la violencia se transformen vidas a través de la educación. Ustedes no solo tendrán acceso a la universidad, también contarán con hospedaje, alimentación y apoyo económico para que puedan permanecer y graduarse. En Aguachica y Valledupar nace una nueva oportunidad para ustedes y sus familias. Bienvenidos a una educación con calidad”.

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Con esta iniciativa, el Ministerio de Educación Nacional demuestra que la paz se construye con oportunidades reales, y que cuando el Estado llega con presencia institucional, educación y cuidado, el futuro de los jóvenes cambia para siempre, dijo Molina.

Los jóvenes catatumberos lo tienen claro y están dispuestos a salir adelante con esta oportunidad que se les atravesó en el camino. Ellos, que nacieron y han vivido toda su vida en el Catatumbo aseguran que su territorio no es solamente coca ni droga, “somos un pueblo unido y pacífico, mucho más de lo que se dice”.

Heimer Pérez, hace parte de los trece  primeros elegidos para ingresar a las aulas universitarias a partir del segundo semestre de 2025. Él está convencido de que el conocimiento es la base para sacar adelante cualquier proyecto que se trace en la vida.  “Si tenemos conocimientos no podrán venir a dañarnos la mente con psicología barata”, dice.

Este camino que emprenderán los trece jóvenes catatumberos también tendrán la oportunidad de recorrerlo cientos más cuando abra sus puertas la Universidad Nacional del Catatumbo, en El Tarra.

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