La placenta es un órgano que se va formando durante el embarazo, a través de ella el bebé se alimenta de nutrientes mientras crece en el vientre de su madre, pero ¿qué pasa si luego del parto ella decide consumirla?
Para algunas mujeres, comer la placenta se convierte en una manera de evitar la depresión posparto y otros síntomas que vienen luego de dar a luz, pero para algunos expertos, es una práctica que puede ser perjudicial.
“La placenta permite la filtración de nutrientes como oxígeno, pero también la de desechos de la madre hacia el bebé, es allí donde existe la posibilidad de que agentes microbiológicos o infecciosos puedan afectar a la madre”, expresó el neonatólogo, Richard Claro.
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El médico asegura que esta es una tendencia que han instaurado muchos famosos, y a pesar de que las mujeres tomen precauciones para desinfectarla, no queda totalmente libre de contaminación.
“Algunas mujeres lo hacen para sentirse mejor, y hay quienes aseguran que les da un valor proteico y aumenta el consumo de hierro, pero desde el punto de vista médico existen otras alternativas para que la madre se recupere sin necesidad de ingerirla”, agregó.
El consumo de la placenta ha tomado fuerza a través de redes sociales, donde celebridades como Anahí, Evaluna Montaner y Jennifer López contaron a sus seguidores que la consumieron luego de tener a sus hijos.
Pero lo que muchas personas no saben es que este tema se remonta aproximadamente
al año 1.500 en la antigua China, donde se mezclaba con leche humana para ser consumida.Y otros de los primeros informes de consumo se originaron en 1970 en América del Norte.
¿Cómo se consumen?
Hay quienes llevan este órgano a cocción, como si fuese cualquier proteína, pero según los especialistas, lo que la gran mayoría hace, es un proceso de preparación en el que se hierve la placenta, evapora, pulveriza y luego es colocada dentro de pequeñas cápsulas para ser ingerida.
Para la doula (asesora) en gestación y educación perinatal, Zalua Barrios, el consumo de la placenta proviene de una cultura ancestral, y se hace para devolverle al organismo lo que descompensó luego del parto.
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“No todas las mujeres la deben o quieren consumir, es como si el cuerpo compensará lo que perdió y estuvo ahí durante 9 meses. La medicina aún no faculta su consumo, pero las mujeres han encontrado beneficios como la generación de oxitocina, importante para la lactancia materna”, indicó.
La asesora cuenta que no se consume la placenta completa, ya que está compuesta por dos caras: la materna, en la pared unida al útero y la fetal que está hacia el lado del bebé dentro de la bolsa amniótica, siendo la de la madre, la parte que filtra los nutrientes a través del cordón umbilical.
En la cara materna, se encuentran los cotiledones o lóbulos que son consumidos por las mujeres después del parto a través de cápsulas, cocciones o batidos.
Poner la placenta dentro de cápsulas, suele ser el proceso más largo y es realizado por las asesoras o personas que han realizado estudios en medicina placentaria, una práctica que maneja la ritualización de este órgano.
Barrios cuenta que entre las experiencias de algunas mujeres, el consumo ha logrado disminuir el sangrado posparto, favorecer la lactancia, y tener menos probabilidad de sufrir depresión posparto.
Incluso en algunas culturas ancestrales, la placenta es enterrada como un símbolo para entregarle a la tierra “lo que ella le prestó”.
Lo que dice la ciencia
El médico, Samuel Bautista, coordinador de Ginecología y Obstetricia en la Universidad de Pamplona asegura que aún no existe una evidencia científica que aclare los beneficios de consumir la placenta.
“Hacen falta más estudios. En Colombia la medicina no recomienda que se consuma porque puede ser un riesgo tanto para la mamá como el bebé. Al tener contacto con el exterior puede contaminarse de virus o microorganismos si no es bien manipulada”, sostuvo.
Para el médico, el consumo tiende a ser más frecuente según las regiones o las culturas orientadas hacia temas naturales o ancestrales.
Según el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos, hace un tiempo se emitió una advertencia por el caso de un recién nacido que desarrolló sepsis neonatal, después de que la madre ingirió cápsulas de placenta contaminadas.
La sepsis neonatal es una infección que se puede presentar en los primeros días de nacimiento.
Carlos Arturo Pacheco, estudiante de la Universidad de Pamplona, cuenta en un escrito, que macroscópicamente no es posible separar el tejido materno y fetal de la placenta.
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Sin embargo, la parte materna pertenece a la madre, quien puede decidir por ella.
¿A qué ayuda profesional pueden acudir las mujeres antes y después del parto?
Los especialistas aseguran que hay otras maneras para que las mujeres se recuperen luego de dar a luz a sus bebés, y el apoyo profesional es importante durante todo el proceso:
Acudir a un ginecobstetra
El ginecobstetra es el médico especialista que puede prestar acompañamiento durante el embarazo y el parto, y es fundamental en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades relacionadas con los órganos reproductivos de las mujeres.
Asistir a consulta pediátrica prenatal
Aunque el acompañamiento prenatal ayuda a las madres durante su etapa de gestación, también suele ser importante para su preparación a la hora de la lactancia y el posparto.
Comunicarse con asesores de lactancia materna o doulas.
Las doulas son asistentes profesionales que asesoran durante su proceso de gestación, brindan apoyo emocional y físico tanto a las madres como a los padres de los bebés.
