Las fiestas decembrinas suelen estar ancladas a celebración y alegría, sin embargo, es una temporada en la cual la salud mental cobra relevancia; aún más en países como Colombia, donde esta temática sigue consolidándose como un reto por enfrentar. Así lo evidencian datos del Ministerio de Salud y Protección Social, que indican que cerca del 20% de los colombianos sufre de algún trastorno mental, siendo la depresión y la ansiedad los más comunes.
La Asociación Americana de Psicología (A.P.A. por sus siglas en inglés), indica que el estrés puede aumentar potencialmente en festividades y periodos vacacionales en algunas personas por factores como la soledad, la nostalgia por el tiempo pasado, el fallecimiento de un ser querido, los conflictos intrafamiliares sin resolver y las tensiones económicas. De igual forma, puede generarse presión por expectativas sobre aquello que se esperaba del año.
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Por otra parte, la Organización Mundial de la Salud, OMS, clasificó la migraña, como una de las cefaleas más frecuentes, considerada una de las 20 principales causas de discapacidad en el mundo.
Al respecto, Rafael Andrés Luna Ruiz, psicólogo clínico de Compensar aclara que “Aunque no se debe generalizar que las temporadas decembrinas generen, necesariamente, más afectación en la salud mental, tampoco es generalizable que las celebraciones festivas sean promotoras siempre de bienestar emocional. Lo que sí podría comprenderse es que algunas situaciones pueden generar mayor activación emocional respecto a esta época del año, de acuerdo con su realidad psicosocial y al aumento de las situaciones demandantes propias de las festividades”.
¿A qué signos de alerta debe prestarse atención?
Una forma de visibilizar el malestar emocional es mediante algunos comportamientos como conductas de aislamiento social, irritabilidad, sentimientos de frustración y enojo, los cuales dificultan procesos de empatía e interacción; deterioro en el rendimiento escolar, laboral, familiar o físico, baja motivación, déficit en el cumplimiento de los quehaceres habituales, discursos bajos de ánimo, variaciones en el apetito y/o cambios en los patrones de sueños.
“Hay algunos signos de alarma con características más graves. Algunas personas pueden mostrar insomnio frecuente, compulsiones adictivas para lidiar con la presión y excesos conductuales como alcoholismo, tabaquismo o drogadicción. También en casos de ánimo depresivo mayor y conductas de ansiedad de alta severidad, pueden identificarse riesgos de daño propio o a los demás e incluso comportamientos suicidas”, añadió el doctor Luna.
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¿Qué hacer si se afecta mi salud mental?
En caso de que las personas identifiquen cambios en su estabilidad mental durante esta época decembrina, tanto con síntomas leves como moderados o severos, es necesaria la búsqueda de apoyo emocional, ya sea desde el fortalecimiento de sus redes primarias de apoyo más inmediatas, como familia, amigos, vecinos, o incluso con la búsqueda de soporte psicosocial profesional.
En ese orden de ideas, algunas de las recomendaciones dadas son:
• Buscar actividades alternas que promuevan bienestar psicosocial integral: dedicar tiempo a actividades que puedan generar relajación, placer y diversión, mediante acciones como el deporte, la actividad física, la meditación y ejercicios de respiración controlada.
• Movilizar redes de apoyo: es clave evitar la soledad y silenciar los sentimientos de malestar. Es recomendable buscar espacios seguros donde expresar sanamente las emociones del momento, así como buscar soporte con afecto positivo, comprensión y apoyo.
• Buscar apoyo profesional: la psicoterapia es una opción para manejar duelos con énfasis en proyectos de vida y cierres afectivos, mediante estrategias que pretenden aprovechar el día a día y reconocer recursos con los cuales se cuenta para afrontar distintos retos.
Vale la pena mencionar que, esta problemática puede afectar desde niños hasta adultos. Rafael Luna, señala que “Más allá de la edad o grupo poblacional, son los contextos los que pueden proporcionar una posible tendencia. Por ejemplo, poblaciones con dificultad económica, familias que enfrentan un duelo reciente, personas con crisis financiera, divorcios, separaciones, pacientes con un diagnóstico de difícil pronóstico, entre otros, pueden permitir identificar mayores situaciones de riesgo para presentar una crisis de ciclo vital en temporada decembrina”.
Finalmente, el experto hace un llamado a comprender la importancia de atender el aquí y el ahora para aceptar las dificultades y los retos del cambio, sin desapegarse de la vida real; el reto está en aceptar, desde lo racional, que la actualidad se compone de todo tipo de experiencias y que el minuto presente es la real oportunidad para asumir y trabajar en beneficio de la salud mental.
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¿Y los dolores de cabeza?
En medio de las celebraciones navideñas, la migraña es la principal causa de consulta en cefaleas debido a su severidad y al compromiso en la calidad de vida, esta enfermedad neurológica afecta directamente a más de mil millones de personas en todo el mundo con un enorme impacto socioeconómico y se identifica como la principal causa de años vividos con discapacidad en personas menores de 50 años.
La Sociedad Internacional de Cefaleas, IHS, indica que “aunque la migraña afecta tres veces más a mujeres comparado con hombres, puede resultar igualmente incapacitante en ambos sexos. La migraña suele comenzar en la pubertad y afecta principalmente a adultos en sus años productivos, pero también, puede estar presente en niños y ancianos”.
Este tipo de cefalea se presenta con mayor frecuencia en personas entre los 35 y 45 años, y está causada por la activación de un mecanismo encefálico que conduce a la liberación de sustancias inflamatorias y causantes de dolor alrededor de los nervios y vasos sanguíneos de la cabeza, así lo indica la OMS.
Diferentes estudios han mostrado que, los episodios de migraña pueden generar un alto grado de discapacidad alterando significativamente la eficiencia laboral, lo que deja en evidencia que las tasas de reducción de la productividad son hasta del 73%. Sin dejar de lado que, el impacto asociado a este tipo de dolo, se extiende a las relaciones sociales y familiares de la persona afectada.
“La migraña se ha convertido en uno de los mayores retos para la medicina, por el gran deterioro en la calidad de vida del paciente y los costos familiares, sociales y laborales asociados. Trabajamos para aportar en la transformación de vida de la población afectada, no obstante, es fundamental promover la concientización y educación entorno a esta afección, que es menospreciada y evidentemente requiere de atención y manejo adecuado por parte del especialista, menciona María Fernanda Velasco, directora médica de Pfizer en Colombia.
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