El Estallido social que sacudió al país tras la muerte de Jorge Eliécer Gaitán, en Bogotá, sirvió de base a la escuela audiovisual ‘La Pegotera’, en el corregimiento de Guamalito (El Carmen), para que a través del Centro Regional de Medios grabara un cortometraje para exponer la situación de violencia generada en esa región desde el año 1948.
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Lo titularon ‘Amasando la memoria’, un documental que se narra a través de la producción de la arepa, alimento insignia de la región, con el fin de consultar el gran legado dejado por los antepasados.
La arepa, es representativa en la provincia de Ocaña, lugar donde nadie se escapa del privilegio de comer este plato tradicional; sin embargo, nos quedamos en el consumo del día a día y no conocemos su trasfondo e importancia que tiene en todos los ámbitos de la vida de quienes habitan la zona, indicó la estudiante de Comunicación Social Saray Ascanio Contreras.
“Tanto conservadores como liberales consumieron ese alimento de la canasta familiar durante las fieras luchas políticas”, indicó la coordinadora del film Janice Guerrero Arévalo.
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La producción cuenta con el apoyo del Ministerio de Cultura a través del programa nacional de concertación cultural y el respaldo del colegio El Santo Ángel de Guamalito.
Asimismo, de la emisora Voltaje estéreo, en El Carmen, un aliado para fortalecer la historia del municipio difundiendo los relatos del conflicto y en los que se hace visible la dimensión del daño causado por la guerra en las vidas individuales, las familias y las comunidades.
Los estudiantes experimentaron la aventura de aprender una tradición que hace parte de la identidad de la región.
El encuentro en la cocina con la magia de la radio les permitió hacer arepas con la compañía de la abuela y conocer a través de las ondas sonoras la historia de la “guerra de colores” que vivió el municipio rojo de Norte de Santander en el año 1949.
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Los jóvenes reflexionaron sobre su rol en la comunidad, con miras a no repetir esos episodios dolorosos que marcaron la historia de la región y el país.
Alianza para conocer la historia
La iniciativa estuvo orientada a entregar herramientas audiovisuales a los jóvenes teniendo como eje transversal el legado de la Comisión de la Verdad.
La primera alianza se logró con la emisora Voltaje estéreo y con las directivas del colegio Santo Ángel a fin de garantizar el espacio de formación con los jóvenes del grado noveno.
Los participantes recibieron formación y la misma les permitió acercarse a herramientas comunicacionales partiendo de la investigación, la entrevista, la narrativa y el arte, entre otros temas, mezclado con un diálogo intergeneracional guiado por Héctor Julio ‘Tico’ Villegas, quien siendo niño vivió la ‘guerra de colores’ que se libró en 1949, como uno de los episodios más tristes para los carmelitanos.
El encuentro con la memoria y la reflexión frente a la resiliencia de todo un pueblo fue uno de los momentos más significativos para ‘La Pegotera’, teniendo en cuenta que de este ejercicio se produjo un cortometraje denominado “Amasando la memoria”, donde se relata en el lenguaje tradicional de la gastronomía, la valentía de abuelos que enfrentaron el ataque contra los liberales que vivió este municipio, anota Kelly Vega, promotora cultural.
La experiencia permitió a los jóvenes familiarizarse con los hechos históricos del país alrededor del Acuerdo de Paz, su implementación y el legado de la Comisión de la Verdad como un mecanismo para la no repetición. “Junto con los muchachos entendemos que es necesario escuchar, reconocer y comprender la historia para transformar”, reitera Janice Guerrero coordinadora del equipo de producción.
Uno de los temas abordados fue la entrevista como una de las herramientas comunicacionales para conocer y acercarse a las realidades del entorno, permitiendo la oportunidad de mirarse y reconocerse, propiciando un momento para pensar la forma en la que queremos contarnos, también para escuchar a los otros y generar empatía ante sus propios relatos.
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El legado de la Comisión de la Verdad está vivo y hace parte de ‘La Pegotera’ en el colegio Santo Ángel de Guamalito, precisó.
Fortalecer la convivencia pacífica
‘La Pegotera’ logró la promoción de valores desde el respeto y cuidado por el otro, utilizando el arte como una herramienta poderosa.
“Tuvimos la oportunidad de reflexionar alrededor del volumen 7 del informe final de la Comisión de la Verdad, presentando los hallazgos y las recomendaciones para la no repetición".
Los jóvenes resaltaron la importancia de conocer sobre la Colombia herida, la relación entre la cultura y el conflicto armado, entre otros hallazgos. Así como tener presente algunas recomendaciones para avanzar en la construcción de paz como un proyecto nacional.
Los jóvenes compartieron un conversatorio con el señor Héctor Julio Villegas Mora, en el que estuvieron atentos a conocer su historia desde su niñez afectada por el conflicto.
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Don Tico, como cariñosamente le llaman, resaltó la importancia de enfocarnos en el perdón, el cuidado de la tranquilidad y el ser parte de la construcción de una cultura de paz, en una conversación intergeneracional que los hizo pensar en la importancia de las tradiciones, la identidad cultural y en la forma como su pueblo ha sido valiente para entregarles a los jóvenes un entorno seguro para crecer, es así como nace el cortometraje ‘Amasando la memoria’ con todo este proceso previo de encuentro y reflexión.
Ecos de la masacre
El 16 de noviembre de 1949 dejó cicatrices imborrables en la memoria del pueblo carmelitano debido a la violencia bipartidista que se desató tras al asesinato del caudillo liberal Jorge Eliécer Gaitán, un año antes en la capital de la República.
El Carmen era conocido como el bastión liberal en una región de tendencia conservadora. De acuerdo con el Centro de Memoria Histórica, integrantes de la ‘Policía Chulavita’, considerado un grupo paramilitar, fueron los autores de esa masacre.
“El busto de Jorge Eliécer Gaitán, ubicado en el parque principal del pueblo, fue destruido” en medio de esta situación que se extendió a otros municipios del Catatumbo. Algunos en la región recuerdan estos nefastos episodios como ‘La guerra de los colores’.
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Vestigios históricos aseguran que los verdugos actuaron durante 10 días apoyados por la Iglesia Católica y zonas vecinas como Ocaña y Convención. El resultado fue el asesinato de más de 70 habitantes y un pueblo saqueado.
‘A robar a El Carmen’
La magnitud del saqueo fue tan grande que se acuñó un adagio popular que aún retumba en la región del Catatumbo para connotar el despojo sin piedad a la población.
En un documental producido por estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Francisco de Paula Santander de Ocaña (UFPSO) se cuentan detalles de la masacre y resalta el dicho ‘A robar a El Carmen’.
Los sobrevivientes Efraín Torres de la Rosa y Mario Navarro narran en la producción audiovisual titulada ‘En lo profundo del alma espantan’, la manera como el sacerdote del pueblo Ebardo Salazar “se prestó para facilitar la masacre, porque a él se le veía un resentimiento muy grande contra el liberalismo”.
José de Dios Márquez, otro habitante del pueblo, afirmó que “fue una noche muy negra, desastrosa por la llegada de esa gente –los ‘Chulavitas’-. Decían que venían en son de paz”.
El periodista Nahum Sánchez Castilla manifestó en una columna de opinión que “luego de los 10 días de la sangrienta toma, sus autores regresaron con camiones y volquetas repletos de mercancías y hasta con las puertas, camas y utensilios de cocina que cupieron en los vehículos. Como por arte de magia, los radicales delincuentes se convirtieron en respetables comerciantes, reconocidos dirigentes conservadores, socios de los clubes sociales más prestigiosos de Ocaña y Convención”.
El historiador Olger García Velásquez, asegura que mucho se ha hablado de Lucio Pabón Núñez desde el punto de vista político por algunos hechos luctuosos que sucedieron en El Carmen. ¿Qué pasó en El Carmen? es una publicación del propio Lucio Pabón, basada en numerosos y bien examinados documentos que comienza diciendo que los boletines que circulaban al respecto eran editados por los liberales en Bogotá y Barranquilla y las acusaciones eran producto de pasiones políticas para enlodarlo”.
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Algunos escritos sobre este lamentable hecho luctuoso de la historia apuntan a que fue Pabón quien dirigió el plan de exterminio del pueblo ‘liberal gaitanista’ en el Catatumbo y que por eso envió un centenar de ‘chulavitas’ para masacrar a los carmelitanos.
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