Por los concurridos pasillos del Centro Comercial Alejandría de Cúcuta, dos hombres empezaron a entregar hojas a los dueños de los comercios con un mensaje amenazador, según el cual informaban que en el establecimiento había cuatro bombas instaladas y los responsables serían el grupo delincuencial AK-47.
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Esta pareja de mensajeros, uno de saco verde y el otro con camiseta blanca, entregaban las hojas indiscriminadamente, sin importar la labor comercial, aparentemente sin seguir ningún patrón.
Momentos después de que inició esta situación, las autoridades fueron alertadas y en el lugar se encontraban unidades pertenecientes al grupo Gaula de la Policía, quienes actuaron de inmediato, deteniendo a estos dos hombres en el acto.
Los responsables fueron identificados como Diosmar Andrés Farfán y Anderson Ramón Conde García, ambos provenientes de Venezuela, quienes no tendrían arraigo en la capital nortesantandereana.
Según se pudo conocer, estos sujetos no pertenecerían directamente al grupo armado. Presuntamente llevarían apenas tres meses en la ciudad y ninguno tiene antecedentes penales, fuera de una anotación por expendio de estupefacientes.
En el momento de la detención estaban bajo efectos de estupefacientes y esta es la primera captura de ambos, por lo que se presume que estarían iniciando apenas su recorrido criminal. Fueron judicializados por el delito de terrorismo, además, les imputaron porte y tráfico de estupefacientes porque les encontraron bazuco.
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¿Sí eran ellos?
En el mensaje, los AK-47 aceptaron su responsabilidad de las granadas lanzadas contra el centro comercial en la madrugada del 22 de abril, exigiendo que no se dejaran ‘enredar’ por otras organizaciones, incluso agregando un número de contacto al cual deben comunicarse por WhatsApp.
El mensaje fue firmado a nombre de Jhoswar ‘Saúl’ Hernández, quien sería el líder de esta banda criminal. Sin embargo, múltiples dudas han surgido sobre la verdadera responsabilidad detrás de estos mensajes.
Y es que, según se conoció, esta medida de intimidación no encaja con el accionar del grupo, además, el contenido y estilo del mensaje tampoco se asimila a los mensajes emitidos con anterioridad por esta organización.
Este hecho se da en un momento álgido en situación de seguridad ciudadana, apenas días después del incidente de las granadas en el edificio, por lo que no se descarta que se trate de otra organización haciéndose pasar por el grupo delincuencial para incriminarlos.
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Reorganización extorsiva
Los recientes hechos darían a entender que en la zona céntrica de la ciudad se está dando un reajuste de los responsables de cobros extorsivos a establecimientos comerciales.
El 22 de abril fue capturado Guilbeth Abell López Sevilla como el presunto responsable del doble ataque explosivo con granadas en la fachada de este centro comercial, quien, por investigaciones previas, se conoció que su territorio criminal estaba en la ciudadela Juan Atalaya, por lo que habría sido movido a esta zona ante la falta de personal.
Según las declaraciones ofrecidas por las autoridades, la semana pasada el Gaula capturó otros ocho delincuentes dedicados a amedrantar a los comerciantes, lo que habría generado una reorganización y movimiento en los integrantes de esta agrupación dedicadas a los cobros extorsivos.
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