El bosque seco tropical (BST) se define como una formación vegetal que presenta una cobertura boscosa continua y que se distribuye entre los 0-1000 m de altitud; registra temperaturas superiores a los 24ºC (piso térmico cálido) y precipitaciones entre los 700 y 2000 mm anuales, con uno o dos periodos marcados de sequía al año.
De igual forma, presenta una vegetación con características xerofíticas, correspondientes a formaciones secas tropicales. Estos ecosistemas se caracterizan por la diversidad de especies de fauna y flora con distintos tipos de adaptación a su medio ambiente, debido en particular a que están expuestas a regímenes de grave sequía y temperaturas extremas.
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En Colombia, el BST está presente en la región Caribe, los valles interandinos de los ríos Cauca y Magdalena, la región NorAndina en Santander y Norte de Santander, el valle del Patía, Arauca y Vichada en los Llanos orientales.
Según el registro del Instituto Alexander Von Humbolt, solo queda el 8% de los nueve millones de hectáreas que existían en territorio colombiano, convirtiéndolo en uno de los ecosistemas más amenazados del país.
De estos territorios, solo el 0,4% está protegida por el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SINAP). En Norte de Santander, en municipios como Zulia, Los Patios, Villa del Rosario, Ocaña, Playa de Belén, Cúcuta y San Cayetano cuentan con este tipo de ecosistema la mayoría de ellas en zonas privadas.
En relación a su fauna y vegetación, sus especies se han adaptado a condiciones tan drásticas de estrés hídrico, por lo cual presenta altos niveles de endemismo, es decir, que no se dan en ningún otro tipo de ecosistema.
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Por tal motivo, sus condiciones fenológicas, ecológicas y ambientales se ven alterados completamente, por ejemplo, las modificaciones físicas en su estructura como hojas compuestas pequeñas, cortezas de troncos lisas y presencia de aguijones o espinas, son algunas de sus características que se presentan por su adaptabilidad.
Entre los beneficios que aportan en la economía y producción agrícola, el MinAmbiente resalta, entre otros factores, el aprovisionamiento de frutos como el níspero, el caimito, el mamoncillo y el hobo, pero también de ciertas variedades de pimienta y ají, maderas, fibras, plantas ornamentales y toda una serie de compuestos químicos secundarios como resinas, alcaloides, aceites esenciales, látex y fármacos; en el ámbito cultural, pueden constituirse en destinos turísticos y de recreación; entre otros factores que benefician a la amortiguación del cambio climático y la protección de suelos contra la erosión y la desertificación.
Frente a estos registros, el 4 de diciembre de 2019 el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, a través de la Dirección de Bosques, Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos, hizo el lanzamiento del Programa Nacional para la Gestión Integral del Bosque Seco Tropical en Colombia, con la finalidad de apostarle a la conservación de estos tipos de hábitat teniendo en cuenta factores con la gestión del riesgo y el cambio climático.
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En su gran mayoría, el porcentaje de BST posee zonas con suelos relativamente fértiles, que han sido intervenida por trabajo humano a través de maquinaria para el trabajo agrícola, ganadería, la minería y el desarrollo humano.
Aunque esto puede significar un avance a nivel social, es necesario que los trabajadores de estos sectores productivos implementen sistemas de producción sostenibles que contribuyan a la conservación del ecosistema y a la conectividad de los fragmentos a nivel de paisaje.
En los estudios que se han hecho hasta el momento, se ha reportado que los bosques secos de Colombia tienen casi 2600 especies de plantas de las cuales 83 son endémicas, 230 especies de aves de las cuales 33 son endémicas, y 60 especies de mamíferos de los cuales 3 son endémicos.
Especies en Norte de Santander
En el departamento, la Universidad de Pamplona por medio del Grupo de Investigación en Ecología y Biogeografía, ha liderado proyectos de caracterización de fauna y flora en estos ecosistemas, estas exploraciones han sido financiadas por Conservation Leadership Program (CLP), Instituto Alexander Von Humboldt, Corponor, BBVA, Colciencias y otras ONG internacionales. Organizaciones que han permitido dar cuenta de la diversidad de animales y vegetación.
En una entrevista con La Opinión, Diego Carrero, director del grupo de investigación, aseguró que en Norte de Santander se tiene un registro de 15 especies de anfibios, 12 de reptiles, 80 de aves y 230 de mariposas diurnas.
También se han documentado 450 especies de angiospermas (plantas florales), 50 de ellas, propios de ese ambiente.
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De igual forma, el docente e investigador adscrito a la Universidad Francisco de Paula Santander, Evaristo Carvajal, en su libro ‘Características diagnósticas, fenológicas, ecológicas y ambientales de las especies arbóreas de Cúcuta', asegura que, de acuerdo con los registros de la flora urbana, en la ciudad existen aproximadamente 136 especies de árboles, arbustos y palmas, tanto nativas de los ecosistemas de Colombia, como introducidas de diversos lugares del mundo.
El ingeniero Henry Jonathan García y la abogada Mary Angélica Carvajal, también hacen parte de la autoría del escrito.
En la propuesta monográfica, se contempla la descripción de las características de cada una de las especies arbóreas comúnmente encontradas en las zonas verdes, tanto públicas como privadas, además, se incluye en el estudio, fichas técnicas con las características descriptivas y detalles ilustrativos de cada especie.
El listado general de las 136 especies detalladas se puede consultar a través de la página: Catedra Flora Urbana de Colombia.
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