Entre enero y septiembre de este 2022, en Cúcuta han asesinado a 179 personas. En el mismo lapso de tiempo, en Villa del Rosario, las víctimas fueron 22.
En ambos municipios fluye el paso fronterizo más dinámico de Colombia con Venezuela, por eso, tras la reapertura de frontera, los desafíos en materia de seguridad son varios y no dan espera.
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Según cifras del Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias forenses, en la capital de Norte de Santander, en estos 9 meses, de las 179 muertes violentas, 168 fueron hombres, de los cuales, seis eran menores de edad; mientras que el total de asesinatos de mujeres fue de 11 y una de ellas no cumplía los 18 años.
Después de Cúcuta, el municipio con mayor número de hechos en ese mismo lapso de tiempo fue Tibú, otro municipio fronterizo con Venezuela, en donde se presentaron 36 asesinatos. El tercer lugar lo ocupó Ocaña, con 33 casos de homicidios; en Villa del Rosario se contabilizaron 22, Puerto Santander y Ábrego fueron 11, respectivamente.
Hablan los expertos
Para Jairo Libreros, analista y docente de la Universidad Externado, uno de los retos de esta reapertura de frontera es quitarle el control territorial de la frontera a la guerrilla Ejército de Liberación Liberal (Eln).
“Hasta que no se logre eso, no se va a respirar un ambiente diferente. Y eso compromete la intervención directa del gobierno de los dos países y de su fuerza pública”, aseguró.
Para Libreros, recuperar la soberanía en ambos lados de la frontera permitirá despegar los negocios ilegales que giran en torno al poder que ha desplegado durante los últimos 4 años el Eln.
“Es un reto de primer orden y está asociado sin duda alguna, a la condición de Venezuela como país garante y sede de negociación de paz con esa guerrilla. Venezuela no puede hacerse de la vista gorda frente al número importante de campamentos que tiene en la frontera”, dijo.
Otro de los retos en materia de seguridad para Libreros es el intercambio de información binacional.
“Colombia espera que Venezuela pueda sacar adelante el intercambio de información judicial y de inteligencia sobre quiénes son los que han cruzado las fronteras y cuáles son sus requerimientos judiciales. De esa manera se podrá hacer un trabajo en conjunto para capturar a delincuentes que se esconden de lado y lado”, sostuvo.
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Sobre las medidas de seguridad para la actividad comercial, Libreros aseguró que dicha reapertura que ha iniciado no puede ser “un puerto seco con grandes medidas comerciales, tributarias y aduaneras sin la más mínima intervención en materia de seguridad, porque sería condenarla al fracaso”.
Sobre los homicidios expresó que una estrategia para disminuir las cifras es no solo desmantelar estas organizaciones sino afectar al narcotráfico.
“Mientras el narcotráfico siga produciendo ganancias difícilmente se va a disminuir el homicidio”.
Entre tanto, el politólogo Jorge Mantilla, experto en seguridad y defensa nacional, aseguró que la reactivación de las relaciones bilaterales conlleva un esquema de cooperación en materia de seguridad y que efectivamente conduzcan al restablecimiento del orden público.
“La cooperación debe llevar a encontrar la manera en la que se puedan superar, contrarrestar y contener el control y la gobernanza que tienen los grupos armados sobre las comunidades a lo largo de la frontera”, dijo.
Para Mantilla, lo más incómodo en esta búsqueda de diálogo es poner en la mesa del diálogo las economías ilegales.
“Deben entrar a conversación. Tuvimos un evento simbólico y mediático de anuncios de voluntad política, esa reapertura tiene que ser progresiva y fortalecer las capacidades a lado y lado. Discutir qué medidas se podrán implementar para la recuperación judicial allá y acá se debe dar”, añadió.
Las trochas
Oliver es un ciudadano colombiano que reside en San Antonio del Táchira pero que cada día pasaba el río Táchira para trabajar como ayudante de un supermercado, en La Parada, Villa del Rosario, expresó que se siente beneficiado con la reapertura del puente internacional Simón Bolívar.
“Puede que a mí me sacaban algo muy mínimo, pero que el comercio pueda pasar legal y libre por el puente, le quita grandes cantidades a la guerrilla (Eln), que controla los pasos a través de trochas".
Para otro ciudadano que pidió reserva de su nombre, ambos gobiernos no podrán con los pasos ilegales.
“Llevamos 7 años en una frontera que ha estado bajo el control de los ilegales. ¿Cómo van a poder con eso? Muchos prefieren evadir impuestos y pasan por acá. Esa reapertura solo fue de protocolo, acá todo sigue igual”, dijo.
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