Las mujeres, a través de la historia, han luchado por la igualdad de derechos entre ellas y los hombres. Tal y como lo define el diccionario de la Real Academia Española (RAE), a esa lucha se le asignó el nombre de feminismo, por lo que no igualarse nunca con el machismo.
Este último, por su parte, se caracteriza por comportamientos y/o creencias que promueven, reproducen y refuerzan la discriminación hacia las mujeres, es decir, se trata de la supremacía de lo considerado masculino, del poder que se les ha otorgado a los hombres y por ende, lo femenino siempre ha sido inferior.
Esto ha ocasionado que las mujeres vivan violencias de todo tipo, uno, por el simple hecho de ser mujeres y dos, por la posición de sumisión en la que las han puesto, posición reforzada por el sistema social y hasta la religión.
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Así lo demuestran las diferentes violencias, que Profamilia clasifica como: física (agresiones contra el cuerpo), psicológica o emocional (manipulación, amenazas, acciones denigrantes que afecten la salud mental), sexual (actos sexuales físicos o verbales no deseados), económica (dinero como factor de dominación y manipulación) y de género (acto violento contra una persona en razón a su sexo o género).
Pero también, realidades como: la brecha salarial que en Colombia según el DANE, es del 12.9%; la participación en política, de acuerdo con la ONU Mujeres Colombia, es de 19,7% en el congreso y, a nivel local, en asambleas departamentales son sólo el 17%, en los concejos son el 18%, en alcaldías son el 12% y en gobernaciones el 15%; la pobreza en Latinoamérica afecta más a las mujeres que a los hombres, según la Comisión Económica para América Latina (Cepal); las mujeres, según lo demuestran estudios de las organizaciones mencionadas aportan el 77% del trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, esto además de tener empleos fuera de sus casas; entre otras.
Para entender mejor esta realidad, hay que conocer conceptos básicos del movimiento político y social feminista, por eso, La Opinión le cuenta el nombre y significado de los que son considerados por feministas, los más básicos:
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1. Patriarcado: de forma literal, significa “gobierno de los padres”. Es concebido como un sistema en el que poder primario y el liderazgo en diferentes aspectos sociales, lo tienen los hombres, invisibilizando o poniendo en una posición de inferioridad a las mujeres y todo lo femenino.
2. Misoginia: es el odio, desprecio y desconfianza hacia las mujeres y todo lo que se asocie con los estereotipos femeninos. Según Wikipedia, se manifiesta por rechazo, denigración, discriminación y violencia contra la mujer.
3. Cosificación: consiste en tratar a las mujeres y a sus cuerpos como un objeto sexual, ya sea de manera consciente o inconsciente. El acoso callejero es una gran muestra de ello.
4. Deconstrucción: el filósofo Jacques Derrida, la define como un análisis personal de un individuo para desaprender conductas y creencias patriarcales con las que se ha criado una persona.
5. Sororidad: después de tanta competencia entre mujeres, es muy importante entender esta. Se trata de la solidaridad y hermandad entre ellas para ayudarse, defenderse y luchar en contra de las violencias que han vivido en sus vidas, perpetuadas por el patriarcado y principalmente, los hombres.
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Hay quienes creen que en el movimiento se busca la superioridad de la mujer, pero no es así, tampoco se trata de odiar a los hombres, simplemente se sigue buscando igualdad de derechos, condiciones, oportunidades y estar en espacios en los que siempre han prevalecido los hombres.
“En la actualidad, hablar y conocer de feminismo es algo súper importante primero porque siento que en la mayoría de instituciones, organizaciones y demás acciones de incidencia política social y cultural, se han venido implementando muchas políticas de género, de inclusión y de diversidad”.
“El mundo, al estar tan conectado con la globalización y con las redes sociales, el internet y demás, ha hecho que conozcamos más, que estemos más informados y estas cosas (machistas) que antes venían de tradiciones, que había que seguir replicando, se están replanteando y nos ponemos a pensar que son antiderechos y van en contra de las libertades, por lo cual deben llamarse por su nombre y ponerlas en la lupa”, señaló Karen Gómez, táctica en periodismo de Frontera Morada e integrante de la organización de mujeres Moiras.
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