Basado en su pasión por investigar y aportar a la región del Catatumbo, el cucuteño Jorge García Villamizar fue seleccionado entre miles de colombianos que anhelan obtener una beca Fulbright, para estudios de maestría y doctorado en una universidad estadounidense.
Para el 2022, García, quien estudió Ciencia Política en la Universidad Nacional y es investigador con experiencia analizando la implementación del Acuerdo de Paz en el Catatumbo, se postuló junto a 5.598 colombianos interesados, de los cuales solo 418 remitieron su aplicación para evaluación y selección. Y en agosto, de ese mismo año, finalmente la Comisión Fulbright Colombia lo eligió junto a 54 personas más para este 2023.
Su postulación
Esta era la segunda vez que García intentaba ser becario Fulbright, el programa más prestigioso en el mundo que ofrece becas completas a quienes sean seleccionados. Estuvo a un paso de obtenerla en 2021, al quedar de noveno en el puntaje final donde 8 eran los elegidos en su disciplina.
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Este hombre, de 33 años, perseverante y seguro de su propósito, decidió concentrarse en culminar las maestrías en Ciencia Política y Construcción de Paz, que ya cursaba en la Universidad de Los Andes y tras tener un brillante currículum académico, lo volvió a intentar.
Una difícil selección
Este cucuteño, que está a pocos días de iniciar la mayor de sus aventuras de aprendizaje, le llena de orgullo sumarse a la enorme responsabilidad que tiene el programa de intercambio cultural, educativo y científico entre Estados Unidos y el resto del mundo, el cual ha dado 44 premios Nobel (entre los que están Juan Manuel Santos, expresidente de Colombia) y seis Príncipe de Asturias.
A Jorge García, lo esperan el 7 de agosto para iniciar en la Universidad de Oregón su preacadémico y para el 6 de septiembre deberá arrancar su doctorado en Estudios Globales en la Universidad de Massachusetts Boston, Estados Unidos, donde no tendrá que preocuparse de nada, sino de estudiar.
Su vida, su ejemplo
Atreverse a apostarle por su territorio y por construir paz desde uno de los rincones más violentos de Colombia, como lo es el Catatumbo, sumado a sus méritos académicos y su potencial de liderazgo, fue lo que lo llevó a estar entre los seleccionados para adquirir más conocimiento y, una vez culminado, aplicarlo en la región.
Arraigado al campo, este nortesantandereano asegura que para estar donde está, ha sido gracias al esmero de su papá, Jorge Enrique García, campesino oriundo de Pamplonita, convencido de que la educación era la salida y el factor de movilidad social, quien con sacrificio dejó su pueblo y se volvió licenciado en matemáticas y por 30 años fue docente en el colegio Sagrado Corazón, en Cúcuta.
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El padre no dejó de apostarles al conocimiento y eso trasmitió a sus dos hijos, Jorge y Sandra.
Jorge, el mayor, cursó su bachillerato el Colegio Calasanz y luego el papá lo apoyó para viajar a Bogotá, para concentrarse en la Universidad Nacional, allí el cucuteño divagó apostándole a una carrera que tuvo que interrumpir. Sin embargo, le fue mejor al presentarse en Ciencias Políticas, donde obtuvo el mejor puntaje de admisión y por eso fue becado los primeros semestres de la carrera.