A sus 55 años, Wilson Franco cumplió uno de los sueños que tenía desde pequeño: ver al Cúcuta Deportivo compitiendo en el estadio General Santander.
“Fue un momento indescriptible, la gente nos trató muy bien, todos fueron muy amables y sellaron un recuerdo para toda mi vida”, dijo Wilson, nacido en Andes, Antioquia y quien acompañó al rojinegro el pasado 10 de julio en el regreso del equipo a competencia.
Franco viajó desde el suroeste anitioqueño con su esposa Beatriz Contreras y su mascota ‘Lolita’, una chihuahua de 23 meses, para vivir este momento “irremplazable” pese aquella derrota 1-2 con Boca Juniors de Cali.
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“Hay que creer en el equipo. Es un proceso que comienza luego del injusto trato dado por los dirigentes del Fútbol Profesional Colombiano”, expresó este futbolero que asistió al General con una bandera que colgó en la tribuna occidental baja, en la que vivió el cotejo deportivo.
Vestido con la camisa rojinegra y un gorro rojo, el andino pudo palpitar el ambiente entorno al Cúcuta en el ‘Coloso de Lleras’ después de seguir al conjunto campeón de Liga en 2006 desde hace varias décadas.
“Del Cúcuta me hice hincha por un gesto que tuvo el equipo con la Selección de mi pueblo. Empecé a indagar y a pesar de la lejanía de apoco me fui enamorando”, relató Wilson, quien el día del partido madrugó y se alistó desde tempranas horas para vivir.
¿De dónde nace el amor por el Cúcuta?
Curiosamente esta historia de amor por el Cúcuta Deportivo tiene un trasfondo histórico con el club y el municipio natal de Franco.