A pocos días de conocerse el fallo de la Corte de La Haya, el embajador de Colombia en Nicaragua, León Fredy Muñoz, hizo una serie de declaraciones controversiales en favor del presidente Daniel Ortega. Esto ocurrió en medio de una marcha del 7 de julio, pero que solo trascendió hasta ahora.

Luego del escándalo desatado y de que la Cancillería le pidiera venir a Bogotá para declarar, el embajador publicó un comunicado en sus redes sociales en el que justificó sus acciones, afirmando que es su obligación “participar en reuniones y/o actividades importantes para el Gobierno sandinista, ya que debo hacer presencia estratégica para cuidar los intereses nacionales de Colombia en Nicaragua. Esto más allá de las estrategias jurídicas en La Haya o en los organismos multilaterales”.

De hecho, citó al presidente Gustavo Petro, quien según él ha señalado que “la diplomacia del Gobierno del Cambio debe ser una diplomacia franca, mirando directamente al otro, simpatizando con el otro para lograr los objetivos que como embajador es mi obligación cumplir”.

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Hasta ahora no hay decisiones respecto al futuro de su cargo, tampoco se ha pronunciado la Casa de Nariño, pero lo cierto es que esta no es la primera vez que existe tensión en el terreno diplomático durante el Gobierno del Cambio.

El día que Gustavo Petro fue declarado persona no grata

De hecho, una de las más llamativas fue propiciada por el mismo presidente, quien luego del golpe de Estado de Pedro Castillo, en Perú, en repetidas ocasiones se refirió a él como una víctima y desconoció el nombramiento de Dina Boluarte para la presidencia del vecino país. Por tanto, el viernes 17 de febrero, en medio de la crisis diplomática, fue declarado ‘persona non grata’.

Sin embargo, ahí no se detuvo, pues durante su intervención en la Cumbre Iberoamericana de República Dominicana, llevada a cabo en marzo de este año, señaló ante todos los presentes que Castillo “debería estar aquí”, pero “lo sacaron. Está preso”.

La ministra de Relaciones Exteriores de Perú, Ana Cecilia Gervasi, estaba en el recinto y le refutó: “Si Pedro Castillo no está aquí es porque dio un golpe de Estado. Si estuviera, tendrían a un dictador”.

Tensión con Rusia luego del atentado a Kramatorsk

Un episodio más reciente es el ocurrido luego del atentado de Rusia a la ciudad ucraniana de Kramatorsk, en el que resultaron levemente heridos tres colombianos: el escritor Héctor Abad Faciolince, el ex comisionado de paz Sergio Jaramillo y la periodista Catalina Gómez. Además, de la posterior muerte su acompañante, la escritora Victoria Amelina, a causa de las heridas en el ataque.

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Mientras la Cancillería condenó los hechos, el primer mandatario ordenó enviar una nota de protesta a Moscú, señalando que se violaron los protocolos de guerra por atacar a civiles. Vale decir que el misil impactó un restaurante ubicado en zona comercial donde no había militares.

Posteriormente, el Ministerio de Exteriores ruso pidió explicaciones al embajador de Colombia en Rusia: “Consideramos inaceptable e infundada la reacción del Gobierno colombiano, que se basa en informaciones falsas y tendenciosas sobre lo ocurrido en Kramatorsk”, dijo el portavoz ruso, Alexander Lukashevich.

Los constantes rifirrafes con Nayib Bukele 

Y cómo olvidar los repetidos enfrentamientos con Nayib Bukele, a quien el presidente ya evita mencionar para no meterse en líos.

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Todo surge de cuestionamientos por la manera en que ambos países contrarrestan la violencia. Tan pronto se inauguró la megacárcel en El Salvador y fueron trasladados allí 2.00 pandilleros, Petro la comparó con un campo de concentración: "Ustedes pueden ver en redes las fotos terribles del campo de concentración de El Salvador, lleno de jóvenes, miles y miles, encarcelados que le da a uno escalofríos", dijo el mandatario colombiano.

La respuesta de Bukele fue señalar que “los resultados pesan más que la retórica” y desearle a Colombia que “en realidad logre bajar los índices de homicidios, como lo hemos logrado los salvadoreños”.

Lo que vino luego fue un intercambio de tweets entre ambos presidentes en los que no solo se refirieron a temas políticos, sino también personales, pues surgió el tema de la presunta vinculación de Nicolás Petro con dineros ilegales para la campaña presidencial de su padre y, con este, la famosa frase “¿Todo bien en casa?”.

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