El candidato presidencial, Abelardo De La Espriella, publicó éste sábado la carta en la que le explica al expresidente Álvaro Uribe las razones por las cuáles se margina de participar en la consulta interpartidista de derecha en marzo, tal y como se lo ha pedido el jefe del Centro Democrático.
En un texto de tres páginas, le indica que esta es la primera vez que se distancia de sus postulados y lo hace no por un desacuerdo personal, sino a la naturaleza de su proyecto político que tiene por ahora más de 4.8 millones de personas que acompañan su postulación para reemplazar a Gustavo Petro en la Presidencia de la República.
“Me dirijo a usted con la admiración de siempre, agradeciéndole sinceramente sus reflexiones sobre la posibilidad de participar en una eventual consulta en el mes de marzo de 2026 para definir un candidato único de la oposición a la Presidencia de la República. Sus palabras, como siempre, reflejan una visión patriótica, genuina, estratégica y un compromiso inquebrantable con el futuro de nuestra amada Colombia, y valoro enormemente que haya compartido conmigo sus pensamientos al respecto”, expresa en la misiva.
Pero le aclara que “después de meditarlo con detenimiento, me permito apartarme respetuosamente de esa idea. El principal argumento que me lleva a esta conclusión es que Defensores De La Patria no es un partido tradicional, sino un movimiento ciudadano nacido del puro fervor popular. Este movimiento me ha otorgado un mandato claro y masivo, representado en más de 4.8 millones de firmas recolectadas con fervor, entrega, sin dádivas, con convicción y amor por colombianos de todos los estratos desde todos los rincones del país, quienes me han encomendado representarlos directamente en la batalla por la presidencia”.
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Para el aspirante, “ir a una consulta en marzo diluiría este mandato espontáneo, patriótico y orgánico, que surge no de estructuras políticas establecidas, sino del clamor del pueblo que anhela la salvación de la Patria. Adicionalmente, esgrimo las razones que expuse en mi más reciente entrevista con la revista Semana: la necesidad imperiosa de una unión real y efectiva en la oposición, pero a través de mecanismos ágiles y transparentes como la gran encuesta que propuse para el próximo 10 de diciembre.
Dicho mecanismo permitiría seleccionar un candidato único de manera rápida y democrática, evitando divisiones innecesarias y enfocándonos en un plan de gobierno sólido que incluya la restauración de la seguridad, la reactivación económica, la recuperación de nuestro sistema de salud, la lucha contra la corrupción y la defensa de las instituciones”.
Insiste en que “no descarté, como lo mencioné en dicha publicación, ir directamente a la primera vuelta si esta unión no se materializa, para no perder tiempo valioso en procesos que podrían fragmentarnos aún más.
A esto se suma la inconveniencia de acudir a una consulta, un procedimiento que yo mismo he criticado con vehemencia cuando la izquierda lo utilizó en el pasado, por implicar un gasto innecesario de recursos públicos en un momento en que el país enfrenta desafíos económicos profundos y lo que requiere es austeridad”.
Le recuerda que “antes de entregar las firmas que respaldan nuestro movimiento, propuse la encuesta como un camino hacia la unidad, y fue rechazada tajantemente por los posibles partícipes. Aún hoy, aquellos que propugnan por una consulta han vetado mi nombre para participar en ella, excluyéndome de antemano.
En consecuencia, pese a que soy el aspirante que no ha atacado a nadie, que ha llamado persistentemente a la unión y que ha priorizado el bien común por encima de todo, el rechazo y el veto han sido la única respuesta recibida: soy reiterativo y seguiré siéndolo, no reconozco enemigos más que a PETRO, CEPEDA y sus cómplices”.
De La Espriella, le dice además a Uribe Vélez que “a pesar de todos los obstáculos que posibles competidores en esa hipotética consulta han intentado imponer en mi contra, sigo firme en mi convicción de que tales acciones han quedado en el olvido, opacadas sin duda, por el apoyo masivo del pueblo.
Si pongo por encima de los altos intereses de la patria las infamias que contra mí se han dicho, entonces no soy digno de sentarme en el solio de Bolívar. Dejar al pueblo, que ahora ha entregado un mandato inequívoco a través de millones de firmas, que son un mandato popular, expuesto a los egos e intereses políticos individuales, de tantos precandidatos, sería una acción que decepcionaría a una base ciudadana que cree en el “tigre” y valora la extrema coherencia que ha sido el pilar fundamental de nuestro movimiento patriótico”.
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