Las aves migraron a Norte de Santander, huyendo del acoso de los traficantes.
Para el biólogo, ambientalista y observador de aves, Alberto Peña, esa especie se ha establecido en regiones de Norte de Santander, en donde las autoridades municipales y la policía tiene el compromiso de velar para que no sean capturada con fines comerciales, teniendo en cuenta que en el mercado negro alcanzan cifras económicas desorbitantes.
“No queremos revelar los sitios en donde hemos visto y fotografiado los cardenalitos, teniendo en cuenta que es una especie que está en peligro de extinción y podría generar la avaricia de los traficantes de aves”, dijo.
En este sentido, afirmó que se tiene conocimiento del comercio desmedido que está vinculado a la hibridación con canarios para producir ejemplares rojos o tenerlos presos en jaulas.
Sobre el número, manifestó que han observado grupos entre los 50 y 60 individuos perchados entre las ramas de los árboles.
Para el biólogo de la Universidad de Pamplona, es un hecho que merece la atención, porque no se tenían estos registros tan altos y al parecer la población está creciendo en Norte de Santander.
Peña, le atribuye el logro a que quizás han escapado del acoso de los traficantes y también porque han encontrado los medios aptos para reproducirse.
En los sectores en donde los han observado, dijo que se han reunido con las comunidades campesinas para establecer compromisos de cuidado y conservación de esta especie que está en vía de extinción.
“La gente esta prevenida para no dar información del tema y cuando vean personas extrañas tratando de atrapar los cardenales, dar aviso a las autoridades”, afirmó.
Es por eso que, según el biólogo, se abstienen de dar a conocer los lugares en donde las han visto porque requieren de protección especial por parte de las comunidades y que solo se debe permitir la contemplación con fines turísticos.
También les solicitó a Corponor, la Policía Ambiental y Ecológica y demás especialidades estar pendientes para evitar el tráfico de la avifauna.
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