El médico cirujano especialista en terapia neural, Juan Carlos Jiménez Illera, manifiesta que, a pesar de la vacunación, la gente no se puede relajar, sino que debe continuar aplicando los protocolos de bioseguridad vigentes.
El galeno se ha convertido en pieza fundamental del equipo técnico del gobierno para mitigar los efectos de la COVID-19. Integra el Consenso Nacional de expertos de atención al diagnóstico y tratamiento de la pandemia en todo el territorio colombiano.
Asimismo, hace parte de la Asociación Colombiana de Infectología que asesora al ministro de Salud y Protección Social, Fernando Ruiz y al Presidente de la República, Iván Duque Márquez, en los protocolos de bioseguridad.
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Indicó que en sus visitas domiciliarias observa la manera en cómo se amontonan los tapabocas como si fuesen cachuchas o sombreros, incrementando los riesgos de adquirir el virus.
“En el día a día se observa en los percheros de los abuelos una colección de tapabocas de los distintos colores y tamaños cuando es una prenda íntima y se deben tener los cuidados. Se deben desechar y los de tela no utilizar mucho tiempo por el desgaste y luego de unas 10 lavadas no ofrece tanta protección por el tamaño microscópico del virus y el tejido se va abriendo. Los comunes y corrientes tienen tres capas y se puede utilizar máximo un día”, mencionó el médico.
Asegura que los cuidados post COVID son bastante complejos y disímiles, los cuales se pueden manifestar a través de trombos o el síndrome de fatiga crónica reflejada en la pérdida del cabello, hipotiroidismo, depresiones severas, miocardiopatías, inflamaciones hepáticas entre otras enfermedades.
Los pacientes presentan muchas recaídas debido a los estragos ocasionados por el coronavirus y deben ser sometidos a pruebas, controles y tratamientos especializados. El ejercicio debe ser lento e incluso algunos aprender a caminar. Muchos han llegado infartados a las clínicas y hospitales.
“Al coronavirus no hay que tenerle miedo sino respeto, entonces no descuidar la salud. También se ha detectado la manera cómo dispersan el hilo conductor, la mente en blanco y requieren de mayor tiempo para desarrollar una tarea. Olvidan con facilidad, trastornos del sueño, dolores musculares, neuropatías y sensación de ardor en la piel. Otros presentan fibrosis pulmonar y no logran superar la saturación, dificultades al respirar más largo, el corazón se inflama, diabetes, hipotensión, insuficiencia renal, atrofias musculares, temblores en las manos y piernas”, explicó el profesional de la salud.
De igual forma, manifestó que las cepas son impredecibles, aunque se hacen estudios moleculares masivos donde se tienen en cuenta los linajes y subtipos. “No se detectan con facilidad y el diagnóstico es lento. Se camufla en el sistema inmune con alto riesgo de morbimortalidad”.
Recordó que la variante es más infecciosa, pues si la original tenía la tasa de contagio de 2 a 3 personas, esta puede ocasionar afectaciones entre 8 a 10 individuos más.
Señaló que, en Ocaña, aunque se registra un descenso considerable, no se puede bajar la guardia por las mutaciones.
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“A pesar de que el plan de vacunación avanza, no se ha logrado la inmunidad de rebaño que es del 80 por ciento. A esa situación se agregan las personas que se resisten a ponerse la dosis afectando a la población vulnerable. Es una postura egoísta y falta de responsabilidad social. En otros países ya se estudian sanciones que van entre multas o destitución de cargos. Se exige el carné para viajar o ingresar a bares, museos y otros lugares de concurrencia de público”, agregó el médico.
Reiteró que el virus llegó para quedarse, por lo que deben mantener los protocolos de bioseguridad establecidos.
Indicó que es necesario el regreso de los niños a las aulas de clase, ya que se ha evidenciado deficiencias en el proceso de enseñanza aprendizaje por falencias en la conexión.
"La ventaja es que los maestros en su mayoría están vacunados, los jóvenes y niños ya están recibiendo los biológicos, los salones amplios con ventilación cruzada para que no se acumulen los aerosoles virales, el distanciamiento social, el lavado de manos, el uso frecuente del tapabocas o mascarilla y la asepsia de los lugares", expresó.
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