Las filtraciones de agua en las cubiertas y paredes de la catedral de Santa Ana, iglesia matriz de la Diócesis de Ocaña, mantiene encendidas las alarmas de los organismos de socorro de la región.
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El sacerdote Neil Amaya Gómez adelanta una campaña con los feligreses para recolectar los recursos y solventar la emergencia de los últimos meses. “La meta es lograr el aporte de 50 mil pesos entre mil familias para arreglar los techos, estructura de madera del retablo, sistema eléctrico y paredes agrietadas con el fin de evitar accidentes entre los feligreses”, dijo el párroco.
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Los fieles devotos promueven el bono solidario para mantener en buen estado la casa de congregación religiosa. “La catedral es el templo más representativo de la provincia de Ocaña y entre todos debemos poner un granito de arena para la conservación”, indicó la pobladora Ana de Jesús Álvarez.