La Facultad de Ciencias Agrarias y el Ambiente de la Universidad Francisco de Paula Santander, seccional Ocaña, trabaja en la implementación de estrategias tendientes a recuperar las cuencas hidrográficas de la región.
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La tesis de grado de las estudiantes de la carrera de Ingeniería Ambiental, María Isabel Parra Muñoz y Margarita Gómez Serrano, condensa una serie de estrategias agroforestales encaminadas a reactivar la siembra del barbatusco sobre la ribera del río Tejo que abastece el acueducto del Llanito para suministrar el preciado líquido al 25 por ciento de la población.
A través de mesas de trabajo exponen el plan de acción para rescatar esa especie desplazada por las grandes construcciones dentro de los proyectos urbanísticos de los últimos 50 años en la región.
El emblemático árbol ha jugado un papel importante en el desarrollo y bienestar de las comunidades a tal punto de que la flor se utiliza para preparar delicias gastronómicas. Músicos, poetas y representantes de las danzas folclóricas han montado composiciones en torno a ese vegetal donde atribuyen la belleza de la mujer ocañera al consumo de esos pétalos.
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Una tradición indígena utilizada en largas jornadas de trabajo y que aún se conserva en la actualidad en épocas de cosechas por su valor nutricional. Aparte de esos ingredientes en el régimen alimenticio, las jóvenes descubren que el portentoso árbol también sirve como sombrío a los cultivos de café y cacao para dar un sabor especial. Las hojas para el pastoreo de ganado y los otros elementos de la corteza como abono para otras plantas.
Asimismo, el embellecimiento paisajístico y la conservación de las cuencas hidrográficas que abastecen a los acueductos locales.
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En la actualidad se adelantan mesas de trabajo para socializar la iniciativa entre líderes comunales, instituciones ambientales y la sociedad civil para comenzar a reforestar con esa especie.
Entidades como la Corporación Autónoma Regional de la Frontera Nororiental (Corponor), la Empresa de Servicios Públicos de Ocaña, (ESPO), el Acueducto Independiente (Adamiuain), la Unidad Técnica Ambiental, el Jardín Botánico, la Asociación de Institutores Norte santandereanos (Asinort) y ambientalistas han visto con buenos ojos la propuesta de las universitarias.
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‘Barbatusco: cultura y naturaleza’ se denomina el plan donde formulan las estrategias para frenar la tala indiscriminada de la especie con la vinculación de todos los actores sociales.
“La idea es vincular a la comunidad en general, a la institucionalidad y fuerzas vivas de la sociedad civil para impulsar el proyecto que sea de todos y se pueda desarrollar”, indicó la joven Margarita Gómez.
La autoridad ambiental resalta la iniciativa de las estudiantes y apoya el trabajo para que en la región se conserve el barbatusco.
“Es un compromiso plasmado en un acuerdo de voluntades de llevar este trabajo al Concejo Municipal para convertirlo en el árbol insignia de nuestro territorio”, manifestó el director de la territorial de Corponor Ocaña, ingeniero Albert Emiro Urquijo Sánchez.
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El director del Jardín Botánico de la UFPS, Heimer Amaya señala que se buscan esos escenarios propios de la conservación de todas estas especies “generando así una cultura en la protección de los recursos naturales y más con un árbol tan emblemático”.
La estudiante María Isabel Parra Muñoz trabaja en la elaboración de la propuesta y espera que la iniciativa haga eco entre los gobernantes de turno para que la adopten como una propuesta para la conservación del medio ambiente.
“Es una especie importante para la cultura, de los ocañeros y aparte del tema paisajístico cuenta con un valor para el ecosistema. Algunos autores lo clasifican como recuperador de cuencas, además en los aportes agro-silvo-pastoriles como sombrío y las hojas en cierta época del año es usado como alimento para el ganado y abono”, recalcó.
Especie digna de conservar
Las investigadoras buscan crear conciencia cobre los beneficios que nutren y enriquecen la cultura de los ocañeros.
La barbatusca o barbatusco es común en uso culinario en parte del Magdalena medio, específicamente en el sur del Cesar y Ocaña.
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Los pétalos de la flor son encurtidos luego de haber sido desamargados. Se usan en ensaladas, guisos de carne, pescado, tortillas de huevos o huevos revueltos.
Aunque el uso del pétalo para consumo es bastante popular en Norte de Santander, la fecha de floración está entre febrero y marzo a disponibilidad del que quiera recolectar el pétalo de árboles de áreas públicas, también son recolectados por los campesinos que pueden comercializar el pétalo en las plazas o simplemente obsequiarlo.
Erythrina poeppigiana es nativa de América y se encuentra distribuida en los siguientes países: Colombia, Venezuela, Panamá, Bolivia, Brasil, Ecuador, Perú, África, y Asia. Existen más de 115 variedades de esta especie.
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El consumo de la flor por parte de los indígenas data de la época de conquista o anterior a ella como relataron cronistas refiriéndose a los alimentos nativos. Según sus comentarios tenían ligero gusto a las alcaparras era alimentos de gente pobre.
El nombre barbatusco o barbatusca se refiere a la apariencia de barba tosca o abundante que tiene el tronco por la acumulación de musgo que crece encima.
Por los nombres comunes que se puede conocer dicho árbol en Colombia por departamentos son: anaco, anaco rojo, barbatuscas ,barbatusco, cámbulo cachimbo, cachingo, cachungo, ceibo, chocho o guaney.
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