En vilo se encuentran moradores del asentamiento humano Polaco II ante los efectos de la remoción de tierra sobre la avenida circunvalar del municipio de Ocaña.
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Los líderes comunales denunciaron la manera como se ha producido el debilitamiento de los terrenos en la parte baja donde las casas están a punto de desplomarse por las fuertes lluvias de los últimos días.
La señora Claudia Angarita Jiménez indicó que hace 3 años se escarbó la montaña supuestamente para hacer unas bodegas, pero no construyeron muros de contención.
Ante ese problema, la obra se cerró y la licencia se suspendió, pero la señora no aparece para responder por los daños colaterales ocasionados.
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De acuerdo con la comunidad, el jefe de Planeación, Willington Carrascal Muñoz, solo se limita a decir que hay que remover el proceso, pues la intervención fue durante la administración anterior.
Responsables no dan la cara
Los voceros comunales no entienden cómo la jefatura de Planeación de Ocaña otorgó una licencia para la remoción de tierra en la circunvalar sin medir las consecuencias posteriores.
El presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Polaco II, Carlos Emiro Coronel Vega indicó que sin estudios y reparo alguno se aceptó la solicitud de licencia de construcción para la modalidad de obra nueva en una ladera que protege a las viviendas de la parte alta.
Bajo el radicado número 29 de fecha 8 de junio de 2021 se otorgó la licencia el 11 de agosto del mismo año a la titular del predio Orfelina Coronel Sánchez para la intervención de un área de 7.288 metros cuadrados en la calle 18 # 16-56 del barrio Cristo Rey con vigencia a 5 años.
“Cuando comenzaron a evidenciarse las grietas en las paredes de 3 viviendas, acudimos a esa dependencia y logramos suspender los trabajos. Sin embargo, esa gente no ha respondido y ahora con los fuertes inviernos nos da miedo que se caigan las casas”, agregó.
Ahora aparecen con el cuento que la señora vendió el lote a un señor llamado David Sánchez, quien apareció una vez en el sector indicando que respondería por todos los daños causados y se desapareció del mapa, explicó el líder.
“Ese hombre, le quedó debiendo plata a todo el mundo, al operario de la máquina, obreros y volqueteros”, precisó el vocero comunal al reclamar acciones por parte de la Oficina de Gestión del Riesgo antes de que ocurra una tragedia.
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Achacan la culpa a Planeación Municipal al conceder una licencia en esas condiciones. “No se exigieron estudios, ni se levantaron actas para construir un muro de contención. Ahí se requiere una estructura de unos 50 metros de alto y hay plata para remediar el daño causado”, añadió el líder.
Con el credo en la boca
La señora Claudia Angarita Jiménez manifestó que pasa las noches en vela durante los aguaceros, en máxima alerta para evacuar su vivienda a punto de irse al abismo.
“Qué daño nos hizo esa gente que no pensó en la seguridad de los moradores de la parte alta. Prácticamente, se llevó el solar y el lavadero, la cocina está colgando y se mueve el piso. Nadie responde, yo reclamo que se construya el muro porque no podemos conciliar el sueño por el temor de quedar sepultados durante la temporada invernal”, recalcó.
No entienden muy bien los negocios de la señora Orfelina Coronel que vendió el lote y el comprador David Sánchez procedió a meter la máquina haciendo estragos. “Claro, debilitó el terreno y perjudicó a toda una comunidad. En mi casa con ese movimiento irregular reventaron el sistema de alcantarillado y ninguno ha venido a remediar el problema”, preció el vecino Gilberto Carreño Coronel.
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La comunidad expresó que tiene que existir una entidad encargada de hacer justicia y obligar a los constructores a pagar los perjuicios a los habitantes del sector. “Somos gente pobre que desarrollamos actividades informales para conseguir a duras penas la comida. No tenemos cómo levantar una estructura para proteger las casas”, añadió.
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