Un hecho confuso
Ni la familia de Castro tiene certeza de lo que ocurrió. “Nos hemos enterado de dos versiones. No tenemos claro lo que pudo ocurrirle”, dijo uno de los parientes.
Según la familia, dos personas les aseguraron que vieron a su ser querido caminar de un lado para otro, como si estuviera ebrio y, quizás al llegar a ese punto, terminó cayéndose.
Otra persona aseguró que vieron a Castro como intentando orinar en ese punto y de repente escucharon un golpe, por lo que se cree que se pudo haber caído.
“Así haya pasado en la manera en que ocurrió, lo cierto es que nuestro familiar ya no está con nosotros. Le llegó el día en que Dios lo llamó y aunque aceptamos eso, no deja de ser triste su partida”, señaló una familiar de Álvaro Castro.
Más de la víctima
Según los allegados a Castro Rozo, de 57 años, quien vivía a unas cuadras de esa avenida, en el barrio Cecilia Castro, él salió desde la mañana a trabajar como reciclador en una chatarrería y no supieron más, sino hasta cuando una vecina llegó a darles la mala noticia.
“Nuestra vecina llegó al sitio y se le parecía conocido, pero tuvo que pedirle a la Policía que la dejaran acercarse más, porque ella tenía el presentimiento de que conocía a sus familiares, y así fue, apenas lo reconoció de una vez se vino a avisarnos”, contó la familiar.
Álvaro Castro Rozo dejó tres hijos y un nieto. Era separado y su familia aseguró que el único problema que tenía era que le gustaba tomar cerveza.
“Su amor por sus hijos era incomparable. Ellos eran su motivación más grande”, recalcó la pariente.
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