El primero de octubre, Venezuela encendió oficialmente sus luces navideñas tras la orden del presidente Nicolás Maduro de adelantar la celebración. Con espectáculos de fuegos artificiales en Caracas y la decoración de sitios emblemáticos como el Paseo Los Próceres, el mandatario dio inicio a la temporada festiva en medio de un ambiente político y social marcado por tensiones internas y externas.
La medida, que se ha convertido en costumbre durante los últimos años, fue presentada por el jefe de Estado como una estrategia para promover la “alegría del pueblo” y fortalecer la economía mediante actividades culturales y comerciales. Sin embargo, el anuncio no estuvo exento de cuestionamientos debido al contexto de dificultades que enfrenta la nación.
Un encendido en medio de críticas
Mientras el oficialismo resaltó la decisión como un gesto de unidad y esperanza, sectores opositores señalaron que el adelanto de la Navidad desvía la atención de los problemas económicos y sociales. El opositor Henrique Capriles cuestionó la medida, afirmando que el salario de los venezolanos “se hace sal y agua” y que la crisis educativa impide celebrar con tranquilidad.
El encendido de luces, además, tuvo lugar desde El Helicoide, un complejo que ha sido denunciado como centro de detención y tortura, lo que intensificó las críticas de organizaciones y defensores de derechos humanos. A pesar de ello, el Gobierno insistió en que el inicio de la Navidad es una señal de que el país “vive en paz y en armonía”.
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Navidad adelantada y tensión internacional
El inicio de la temporada navideña coincidió con la declaratoria de conmoción externa decretada por el Ejecutivo, que se activaría en caso de cualquier “agresión” contra Venezuela. La decisión se da en el marco de la presencia de fuerzas militares estadounidenses en aguas cercanas al país, lo que Caracas interpreta como una amenaza directa.
Diosdado Cabello, secretario general del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), aseguró que la nación se mantiene “sólidamente amalgamada” entre pueblo, Fuerza Armada y organismos de seguridad, y envió un mensaje a quienes critican el festejo: “Para los amargados no habrá Navidad, pero para nosotros sí, para todo el país”.
Con este escenario, Venezuela se adentra en un octubre que, además de anticipar la llegada del Niño Dios, estará marcado por actos religiosos y conmemoraciones, como la canonización de José Gregorio Hernández y Carmen Rendiles el próximo 19 de octubre, que también han sido presentados por el chavismo como parte de las celebraciones.