El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles la imposición de un arancel global del 10% sobre las importaciones de países de América Latina, incluyendo Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras y El Salvador.
Sin embargo, la medida será aún más severa con Nicaragua, gobernada por Daniel Ortega, que enfrentará un gravamen del 18%.
Las nuevas tarifas, que forman parte de una política de aranceles “recíprocos”, buscan contrarrestar las barreras comerciales y fiscales que, según el mandatario, afectan la competitividad de los productos estadounidenses en el extranjero.
“Firmaré una histórica orden ejecutiva que instaura aranceles recíprocos a países de todo el mundo. Recíproco significa: ellos nos lo hacen a nosotros y nosotros se lo hacemos a ellos”, dijo Trump en la Casa Blanca.
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La administración estadounidense detalló que el arancel base del 10 % entrará en vigor este sábado 5 de abril, mientras que los gravámenes específicos por país, incluidos los de la Unión Europea, comenzarán a aplicarse desde el 9 de abril.
La estrategia de Trump: proteccionismo y represalias
Trump justificó la decisión como una forma de proteger a los trabajadores y productores estadounidenses, asegurando que su gobierno está dejando claro que “Estados Unidos cuidará de su gente primero”.
Durante su anuncio, el mandatario expresó que Washington ha “cuidado de países de todo el mundo” y que, cuando intenta recortar beneficios, esos países “se enfadan”.
El argumento de la Casa Blanca es que muchas naciones imponen altos impuestos y barreras arancelarias a productos y servicios estadounidenses, lo que genera un desbalance comercial. La medida apunta a forzar negociaciones más favorables para Estados Unidos.