En el pasado fue usado para dar a entender que la carta tenía a una persona como destinatario, luego, se usó como una medida de peso. En la actualidad, es el que separa el nombre del dominio del correo electrónico. A los cambios se adapta y no pasa de largo, así es la historia de la arroba.
Este famoso símbolo proviene de Arabia, siendo su término original “Ar-roub” que significa “cuarta parte”. Se representa con una “a” rodeada de un círculo: @, esto se debe a que en el pasado, cuando los escribanos copiaban los libros en latín, se dieron cuenta de que era más fácil unir las letras “a” y “d” juntas para ahorrar tiempo, pues esta preposición (ad) en latín significa “hacía” o “hasta”.
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“Al momento de copiar en los textos antiguos o los manuscritos, los que escribían eran los escribanos, no todo el mundo sabía hacer eso, entonces, lo que hacían ellos para realizar su trabajo más eficiente era usar abreviaciones, y eso se ve un montón, hay tanto en griego, latín, español antiguo y el medieval”, comenta Angie Claro, profesional en Español y Filología Clásica.
Dicha abreviación (ad) debían escribirla varias veces en los manuscritos y para ahorrar tiempo, decidieron emplear el símbolo, incluso, comenzaron a implementarlo en cartas oficiales antes del nombre del destinatario. Por ejemplo: @Luciana, en vez de copiar, hacia Luciana o dirigida a Luciana.
“He visto varios manuscritos y abreviaciones y me parece muy natural que, alguien que tenía que escribir rápido y a mano, quisiera abreviar la a y d de esa forma”, asegura Claro.
Según Gustavo Gómez Ardila, miembro de número de la Academia de Historia de Norte de Santander, los mercaderes romanos también lo usaban para el envío de bultos de trigo y con la @ especificaban que iban hacia cierta parte.
Para el siglo XVI, la arroba pasó a ser una unidad de medida que variaba según lo que se midiera. De hecho, el periodista español Jorge Pareja encontró un documento antiguo donde se registra este uso.
“He leído sobre el ejemplo del siglo XVI de @ y recordé que había visto el símbolo antes, cuando era un estudiante de historia en la Universidad de Zaragoza. Revisé mis viejos papeles y encontré registros de aduana entre Aragón y Castilla en el siglo XV. Significaba arroba como una medida de peso, y en este caso una arroba de trigo”, relata.
La Opinión les preguntó a varios cucuteños (mayores de edad) si habían llegado a emplear la arroba de esta forma. La mayoría aseguró que sí lo había hecho y que era algo que se utilizaba como medida de peso en las plazas de mercado a la hora de comprar algo.
“Recuerdo que se usaba para varios alimentos, como el arroz o la carne. Por ejemplo, si se decían dos arrobas eran 50 kilogramos, o si usted decía ‘deme una arroba’, de lo que fuera, le entregaban 25 libras. Igual creo en algunas partes todavía se usa”, dijo Luis Soto de 65 años.
Otra ciudadana comentó que “en los pueblos había una báscula que se llamaba la romana y en ella pesaban una, dos o tres arrobas de lo que la gente deseara comprar”.
Sin embargo, a mediados del siglo XIX se instauró el sistema métrico decimal, el cual tiene por unidades básicas como el kilogramo y el metro, por lo que la utilización de la arroba ya no es generalizado en ese campo, aunque perdura porque es una medida.
Máquina de escribir e internet
Superando el paso del tiempo, las tradiciones y culturas, este símbolo fue ‘evolucionando’ llegando a tener la @ una de las teclas de la máquina de escribir, inventada por Henry Mill, en 1714, y mejorada por Christopher Sholes, Carlos Glidden y Samuel W. Soulé.
“En las máquinas de escribir se usaba también para hacer referencia a la medida de peso, así como se usaba la L para indicar libra”, indica Ardila. Sin embargo, poco a poco se dejó de utilizar debido a que era muy difícil precisar cuál era la medida exacta del producto.
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Ahora bien, ¿cómo es que llegó a los teclados de computadora y al mundo del internet? Como el humano, ella también evolucionó.
Y fue así como en la década de los años 1970, del siglo pasado, Raymond Samuel Tomlinson, programador informático e inventor graduado del Instituto de Tecnología de Massachusetts, desarrolló un programa con el propósito de que se enviaran mensajes entre diferentes usuarios. Este sistema fue el origen de los correos electrónicos.
Tomlinson quería implementar un símbolo que separara el nombre del usuario con el lugar de donde enviaba el mensaje. Pensó en utilizar los corchetes o la coma, pero se dio cuenta de que ya tenían fines específicos.
Por ello se fijó en la arroba, sabía que antes era empleada para hacer referencia a “hacía”, y decidió que esta sería el separador del correo electrónico. De hecho, su primera dirección de e-mail fue tomlinson@bbn-tenexa.
Hoy, la arroba es utilizada por miles de millones de personas en el mundo en sus correos electrónicos, al igual que para etiquetar o encontrar a familiares, amigos y conocidos en las redes sociales.
Por ejemplo, en Facebook solo se debe poner en los comentarios de una foto la @ junto al nombre del perfil que se quiere etiquetar y de manera casi automática este aparecerá.
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Algunos grupos feministas lo usan como reemplazo de la “a” y la “o” para referirse a la forma femenina y masculina de las palabras, es decir, en vez de escribir “ingenieros”, optan por copiar “ingenier@s”.
Sin embargo, el Diccionario panhispánico de dudas de la Real Academia Española no recomienda esta forma, porque el masculino, como género no marcado, puede emplearse para designar ambos géneros.
“Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño”, explica el Diccionario panhispánico de dudas.
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