Joyas de zafiro y diamantes que pertenecieron a la hija adoptiva de Napoleón se subastaron en Ginebra por 1,4 millones de euros (cerca de 1,65 millones de dólares), superando ampliamente las estimaciones de Christie's.
Las nueve joyas, propuestas a la venta en lotes separados, habían permanecido en la misma familia desde que fueron ofrecidas a la hija adoptiva de Napoleón, Stephanie de Beauharnais, con motivo de su matrimonio en el Palacio de las Tullerías en 1806, convertida en gran duquesa de Baden.
"Ha habido una gran demanda de coleccionistas de todo el mundo", dijo el subastador Max Fawcett a los periodistas, sin revelar los nombres de los compradores. Debido a que Suiza relajó recientemente sus medidas de restricción relacionadas con el covid, una veintena de postores y espectadores estaban en la sala, así como una veintena de representantes de la casa británica encargados de tomar las subastas por teléfono.
Las joyas fueron ofrecidas a la venta con motivo de la conmemoración en mayo de los 200 años de la muerte de Napoleón. Las nueve piezas, entre ellas una tiara, un collar, un par de pendientes, dos colgantes y broches, así como un anillo y una pulsera, estaban disponibles en lotes individuales. Los expertos habían estimado el total en 430.000 francos suizos (392.000 euros, 473.000 dólares).
La tiara se adjudicó por 420.000 francos suizos (383.000 euros, 463.000 dólares), el triple o doble de lo que se estimaba. No menos de 38 zafiros originarios de Sri Lanka fueron utilizados para crear este aderezo a principios de 1800.
Además de su valor histórico, estas joyas de gran finura también tienen un valor intrínseco debido a su azul natural, ya que generalmente los zafiros son sometidos a un tratamiento térmico para acentuar su color.
Entre los lotes históricos que propuso la casa de subastas estaba también una importante corona de zafiro de María II, reina de Portugal (mediados del siglo XIX), engastada en el centro con un notable zafiro de Birmania. Se vendió en 1,9 millones de dólares.