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Diógenes Osorio hace del circo su vida y de Cúcuta su escenario
Un artista que encontró en la acrobacia, el teatro y la enseñanza una manera de transformar su entorno.
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Juan Marcoantonio Rivas Pinilla
Juan Marcoantonio Rivas Pinilla
Lunes, 24 de Marzo de 2025

En Cúcuta, una ciudad en la que las artes escénicas luchan por consolidarse, un joven logró crear un espacio para la formación artística y el circo contemporáneo.

Se trata de Diógenes Osorio, un artista de 29 años que convirtió su amor por la acrobacia y el teatro en una plataforma de aprendizaje para nuevas generaciones.

Osorio, nacido en Valledupar, llegó a Cúcuta con su familia cuando tenía cinco años. Criado en el barrio Prados del Este, encontró en los parques del sector su primer acercamiento con la gimnasia y la acrobacia, un interés que lo llevó a formar parte de la Liga de Gimnasia de Norte de Santander.

Lo que comenzó como una curiosidad infantil se convirtió en una disciplina que marcaría su vida.

A los nueve años, motivado por la destreza de los gimnastas que veía entrenar, decidió unirse a ellos.


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“Me acerqué con la intención de aprender, y poco a poco me permitieron integrarme. Fue una experiencia que me enseñó la importancia de la constancia y la disciplina”, recordó.

Durante cinco años, Osorio se formó en gimnasia aeróbica y porrismo. Su compromiso lo llevó a recorrer largos trayectos caminando desde su casa hasta los entrenamientos.

Sin embargo, su inquietud por experimentar otras formas de movimiento lo llevó a buscar nuevos caminos.

Del breakdance al parkour

A los 14 años, decidió salir de la Liga para explorar el breakdance, una disciplina que combinaba la técnica con la creatividad.

Un vecino, conocido como ‘El Rolo’, le enseñó los movimientos básicos y, en poco tiempo, Osorio dominó el estilo, fusionándolo con las acrobacias que ya conocía.

Pero la danza urbana no fue su único interés. Tras la partida de ‘El Rolo’ a Bogotá, conoció a ‘El Mono’, un joven que practicaba parkour.

ARTISTA-CUCUTEÑO-DIOGENES

 

“Fue un giro inesperado en mi vida. Aprendí a ver la ciudad de otra manera, a entender que cada obstáculo era una oportunidad para superarme”, mencionó.

En paralelo, en 2011, tuvo contacto con un brasileño experto en capoeira, una disciplina que mezcla danza y artes marciales.

La combinación de movimientos y la conexión con la música lo cautivaron, agregando un nuevo elemento a su creciente repertorio artístico.

Diseño gráfico y primeros trabajos en las artes escénicas

En 2014, decidió pausar momentáneamente su desarrollo en las artes del movimiento para estudiar un técnico en diseño gráfico en el SENA.


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Durante este tiempo, aprendió sobre edición, ilustración y producción audiovisual. Aunque le costó encontrar empleo en el área, logró trabajar en pequeños negocios desarrollando identidades visuales.

Su regreso a las artes escénicas se dio casi por casualidad. Una amiga le recomendó trabajar como animador de fiestas y titiritero, una labor que desempeñó en las empresas ‘Aquí Todo es Recreaciones’ y ‘Tomás Acosta’.

Durante dos años, perfeccionó su habilidad para manejar al público y mejorar la interpretación de voces, conocimientos que más adelante serían fundamentales en su carrera teatral.

En 2016, ingresó a la Universidad de Pamplona, para estudiar licenciatura en lengua castellana. Su profesor de literatura universal, Edward Granados, despertó en él un interés por el teatro, llevándolo a realizar monólogos y obras inspiradas en la mitología griega.

Pero el punto de inflexión llegó cuando conoció a Juan David Cellagos, un malabarista que lo invitó a las reuniones de artistas en el malecón de la ciudad.

Allí descubrió una comunidad de acróbatas, mimos y equilibristas que se entrenaban y compartían conocimientos al aire libre.


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El circo como forma de vida: la creación de ‘Los Duendes’

Motivado por su crecimiento artístico, en 2016 cofundó la Corporación de Circo Teatro Los Duendes, un proyecto que buscaba darle visibilidad al circo contemporáneo en la ciudad.

“Nos planteamos contar historias a través del circo, darle un enfoque narrativo a las acrobacias y malabares”, explicó Osorio.

La corporación logró presentarse en eventos organizados por la Secretaría de Cultura y en festivales de ciudades como Barranquilla, La Guajira y Santa Marta.

Sin embargo, en 2017 enfrentaron dificultades legales con la DIAN debido a una demanda por impuestos no pagados. Esto, sumado a diferencias en los objetivos individuales de los integrantes, llevó a la disolución de la corporación en 2019.

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Un nuevo comienzo y el nacimiento de ‘Vuela Cúcuta’

Ese mismo año, Osorio se trasladó a Santa Marta, donde vivió en un hostal y se dedicó al arte callejero para subsistir. Durante la pandemia de 2020, impartió clases de arte y enseñó inglés a niños de manera virtual.

En octubre de ese año, decidió regresar a Cúcuta y creó en Instagram la cuenta ‘Danza Aérea Cúcuta’, un proyecto que con el tiempo evolucionó en el colectivo ‘Vuela Cúcuta’.

El objetivo de esta iniciativa era claro: formar un grupo de jóvenes interesados en la danza aérea, la acrobacia y el teatro, brindándoles un espacio de aprendizaje y expresión.

En su primer año, logró convocar a 20 estudiantes, consolidando su propuesta en el barrio Prados del Este.


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Entre sus alumnos estaba Mariana Cepeda, estudiante de diseño gráfico, quien sugirió cambiar el nombre a ‘Vuela Cúcuta’, una identidad que reflejaba mejor la esencia del colectivo.

El impacto de ‘Vuela Cúcuta’ y sus proyectos actuales

Desde su creación, el colectivo ha logrado presentarse en teatros, festivales y eventos corporativos, destacando obras como ‘Sueño Dionisíaco’, escrita por el propio Osorio.

Actualmente, el artista trabaja con reconocidos restaurantes de la ciudad, en la dirección de sus espectáculos circenses. Además, continúa fortaleciendo su marca personal y planea traer talleristas internacionales para expandir la formación de artistas en la ciudad.

“Queremos que Cúcuta sea reconocida como un punto de referencia en el arte circense. Hay mucho talento, solo hace falta apoyarlo”, enfatizó.

Un mensaje para la nueva generación de artistas

Para Osorio, el arte es más que una pasión: es su forma de vida, su refugio y su motor de transformación. Por eso, su consejo a los jóvenes es claro: “Encuentra en tu pasión, tu profesión, algo que te haga levantarte feliz cada mañana”.

Con cada acrobacia, cada función y cada clase impartida en ‘Vuela Cúcuta’, Diógenes Osorio sigue demostrando que en una ciudad como Cúcuta, donde el arte es históricamente relegado, aún hay espacio para volar.


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