Lo que comenzó como un patrullaje rutinario de las unidades de la Policía Metropolitana de Cúcuta en el barrio San Fernando del Rodeo terminó con la captura de Justo Romilo Solarte Mendoza, de 40 años, por el porte ilegal de un arma de fuego.

La detención se produjo ayer, a las 10:20 de la mañana, luego de que los uniformados recibieran información valiosa que indicaba que un hombre sospechoso, movilizándose en un taxi, podría estar portando un arma en su poder quien, además, pretendería cometer alguna acción delincuencial.

Las descripciones proporcionadas indicaban que el hombre vestía una camisa de color vinotinto, bluyín y zapatos negros, y era de contextura gruesa.

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Con estos datos, los agentes de la Policía iniciaron un operativo de búsqueda por la zona, centrando su atención en las calles del barrio San Fernando del Rodeo, ubicado en la Comuna 8 de Cúcuta.

Mientras realizaban el patrullaje, identificaron un taxi con las mismas características y la placa que coincidía con la información que habían recibido, por lo que le hicieron una señal de pare para proceder con la verificación del vehículo y sus ocupantes.

Dentro del taxi se encontraba Justo Romilo, quien, al notar la presencia de los uniformados, adoptó una actitud nerviosa y evasiva, lo que aumentó las sospechas de los policías.

Al realizarle un registro personal, los agentes encontraron un revólver calibre 38 milímetros escondido en la pretina de su pantalón, junto con cinco cartuchos, lo que confirmó las sospechas iniciales sobre la posesión ilegal del arma.

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Inmediatamente, Solarte Mendoza fue capturado por el delito de porte ilegal de armas de fuego y trasladado hasta la Fiscalía, donde quedó a disposición de las autoridades judiciales para que un juez determine su situación jurídica.

Ya había estado en la cárcel

Este no es el primer encuentro de Solarte con la ley; según las autoridades, ya había sido capturado en mayo de 2020 tras participar en un atraco a los pasajeros de una buseta de transporte público, junto con otra persona.

En ese entonces, las víctimas lograron detener a los delincuentes con la ayuda de la comunidad, entregándolos a las autoridades, quienes los enviaron a la cárcel para que pagaran por el delito de hurto calificado y agravado.

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