Parece que en Cúcuta encontrar un habitante de calle sin vida se está convirtiendo en un hecho cotidiano; en lo que va corrido del presente año ya se han reportado 10 casos de esta naturaleza en la ciudad.
Cuando se consulta a las autoridades cuáles serían los motivos, surgen varias hipótesis al respecto, pero el ajuste de cuentas y las riñas al parecer, son los principales motivos.
El hecho más reciente se registró la madrugada de ayer en la calle 28 con avenida primera del barrio San Rafael. Hacia las 6:00 de la mañana, cuando un vecino que salía de su residencia ubicada en la parte de alta, se encontró el cuerpo sin vida de una persona a escasos metros de la puerta de su casa.
Un hombre, a quien se le conocía en el sector como “Jimmy Rondón”, presuntamente era un habitante en condición de calle que se paseaba constantemente por este lugar, estaba tendido boca abajo y con una herida en la cabeza, en la parte alta de la calle 28.
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Entre el asombro y la incertidumbre, el hombre que vio el cadáver, les informó sobre la situación a varios vecinos que estaban cerca para que dieran aviso a las autoridades. Fue allí cuando el sonido de la alarma comunitaria se apodero de esta zona.
En cuestión de minutos, el CAI de San Rafael despachó una patrulla hacia el lugar de los hechos y al verificar lo sucedido, se dio aviso a la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) para que inspeccionara la escena e hiciera el levantamiento.
La víctima que tendría por lo menos entre 30 y 35 años, vestía una sudadera gris y franela negra. En su rostro tenía una cortada a la altura de la mejilla, una clara señal de que minutos antes de su asesinato habría tenido un enfrentamiento, además de un disparo en la cabeza.
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Según las primeras investigaciones de las autoridades, las personas que residían cerca al lugar de los hechos no escucharon ninguna detonación, pero sí los ladridos de los perros entre las 5:00 y 6:00 de la mañana.
¿Ajuste de cuentas?
Lo que se sabe es que “Jimmy Rondón”, al parecer era un consumidor de estupefacientes y a escasos metros del lugar en que fue encontrado está ubicada la olla de San Rafael, por lo que su muerte, al parecer, se debería a un ajuste de cuentas.
Sin embargo, las autoridades aún continúan investigando el caso para dar con el paradero del culpable y conocer cuáles fueron los motivos del homicidio.
El hombre que, al cierre de la edición no ha sido identificado, continúa reposando en las instalaciones de Medicina Legal, a la espera de algún familiar o amigo pueda reconocerlo.
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