Ayer, 29 de diciembre, una estela de violencia recorrió varios sectores de Cúcuta, dejando como saldo tres hombres asesinados. Tras esta mancha de sangre avanzaba un vehículo blanco de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho), símbolo recurrente de la llegada de la muerte.

Fueron esos hombres, vestidos con batas blancas, guantes de látex y tapabocas, los encargados de levantar de sus lugares de muerte los cuerpos de las tres víctimas: Jhonatan Gabriel González Moreno, Jhon William Serrano Durán y otro hombre que aún permanece sin identificar.

Los crímenes tuvieron un mismo patrón: todos fueron asesinados por la espalda, con armas de fuego, por delincuentes que continúan prófugos de la justicia. Los casos, separados apenas por unas horas, incrementan la cruda racha de violencia que atraviesa la ciudad en los últimos días del año.

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Frente a la Terminal

Jhon William Serrano Durán no imaginó que una diligencia personal sería lo último que haría. Dentro de un corresponsal bancario del barrio El Callejón fue atacado a disparos por un criminal decidido a acabar con su vida.

El hecho ocurrió sobre la 1:45 de la tarde de ayer, en la calle 1 con avenida 7, en una variante para llegar a la Diagonal Santander. La víctima se encontraba dentro del establecimiento, esperando su turno para realizar una transacción bancaria, cuando la muerte lo alcanzó.

Sin que se percatara, el agresor abrió la puerta de vidrio e ingresó al local. Una vez dentro, identificó a Jhon, desenfundó un arma de fuego y le disparó en repetidas oportunidades por la espalda. El hombre cayó al suelo gravemente herido.

Trabajadores y clientes buscaron refugio, mientras el responsable subió a una motocicleta junto con su cómplice y huyeron del lugar sin dejar rastro. Al acercarse al cuerpo, los testigos confirmaron que el ataque había sido letal.

De inmediato alertaron a la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), que llegó rápidamente para acordonar este sector, altamente transitado por busetas y vehículos particulares, lo que generó una fuerte congestión vehicular. Decenas de curiosos se acercaron para observar lo ocurrido.

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Sobre el puente que conduce hacia la avenida Sevilla se congregaron varias personas para ver el cuerpo tendido dentro del local. Sin embargo, no llegaron familiares ni conocidos que pudieran identificar a la víctima en ese momento.

Fue con la llegada de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) —y su vehículo ya cargado con otros cuerpos— que se logró establecer la identidad del fallecido durante el levantamiento. Además, se recolectaron elementos clave para el inicio de la investigación.

Se conoció que los responsables se movilizaban en una motocicleta Bera, de placa venezolana. Durante la huida fueron avistados por uniformados de la Mecuc en dirección a la avenida Sevilla, lo que dio inicio a una persecución.

En medio del intercambio de disparos, uno de los proyectiles impactó el motor de la motocicleta, dejándola inservible. Esto obligó a los delincuentes a abandonarla y continuar la huida a pie, hacia un rumbo desconocido.

El dueño de la pista

Poco más de dos horas antes, sobre las 11:30 de la mañana, cerca de diez disparos retumbaron detrás de las torres de Santa Bárbara, al margen de la avenida Demetrio Mendoza, donde se perpetró otro homicidio.

La víctima fue Jhonatan Gabriel González Moreno, un empresario de la ciudad que fue perseguido y asesinado en plena vía pública, a pocos metros de una pista de bicicross que había fundado años atrás.

El hombre, que vestía camiseta negra, yín oscuro y gorra de béisbol, cayó tendido bocabajo tras ser perseguido, presuntamente, por más de cinco metros por sus atacantes.

No hubo testigos directos del crimen, pero se presume que los homicidas se movilizaban en una motocicleta y sorprendieron a la víctima por la espalda mientras caminaba por la zona.

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En la pared de una vivienda del sector quedaron manchas de sangre que evidencian el recorrido desesperado de Jhonatan en su intento por salvarse. Tras recibir uno de los impactos, se apoyó contra el muro, dejando marcada su huella antes de desplomarse sobre el asfalto.

Aunque ya se encontraba sin vida, los agresores habrían continuado el ataque, disparándole en un par de ocasiones en la cabeza para asegurar el homicidio.

El cuerpo quedó tendido en un charco de sangre, que emanaba principalmente de su cabeza. A su lado quedó su gorra.

Los asesinos huyeron, mientras minutos después los residentes del sector observaron desde los balcones el cuerpo cubierto con una lona.

Esta acción fue realizada por trabajadores de la pista de bicicross, quienes, al enterarse de lo ocurrido, llegaron a la escena consternados. Incluso algunos niños que entrenan allí se acercaron para presenciar la trágica escena.

Al lugar también arribó la pareja sentimental de la víctima, con quien tuvo dos hijos. Entre lágrimas lamentó el fallecimiento de su ser querido.

Posteriormente, la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) realizó el levantamiento del cuerpo, halló varias vainillas en el sitio y revisó cámaras de seguridad para avanzar en la investigación.

¿Estaba huyendo?

La racha de sangre comenzó sobre las 10:00 de la mañana en la avenida 9 con calle 2, del barrio El Callejón, donde varias detonaciones alarmaron a los vecinos, quienes alertaron de inmediato a la Policía Metropolitana de Cúcuta.

Según se conoció, en medio de una pelea registrada en el sector, un hombre —aún sin identificar— fue perseguido durante varias cuadras por su agresor.

La víctima habría intentado refugiarse en un establecimiento de recargas telefónicas y apuestas deportivas, pero esto no impidió que fuera atacado a tiros.

Gravemente herido, fue trasladado a la Unidad Básica de La Loma de Bolívar, donde, pese a los esfuerzos del personal médico, falleció minutos después debido a la gravedad de las heridas.

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El hombre, que vestía camisa, pantalón y zapatos negros, quedó tendido de lado dentro del local comercial, con el brazo izquierdo entrelazado entre sus piernas.

La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) hizo presencia en el lugar para recolectar evidencias que permitan avanzar en la investigación y dar con el paradero de los responsables.

El cuerpo sin vida permanece en las instalaciones de Medicina Legal, donde se le practicará la necropsia correspondiente para esclarecer las circunstancias del crimen.

Las autoridades continúan trabajando para determinar los móviles de este homicidio. El sector cuenta con cámaras de seguridad que serán clave en el desarrollo de la investigación.

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