El hecho de que Ofran Alexander Lozano Jaramillo estuviera en una llamada con la persona que, presuntamente, le debía confirmar a quién le debía disparar, momentos antes de matar a María Mercedes Cardona Arias y dejar heridos a José Omar Melo Gómez y a dos niños, deja un sinsabor entre los investigadores que asumieron el caso.

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El hecho se registró el miércoles a las 9:50 de la noche, en el andén de una vivienda ubicada en la calle 16 con avenida 11 del barrio Belisario.

El homicida fue capturado en una hábil reacción de la Policía Metropolitana de Cúcuta, mientras él intentaba huir a pie por un canal de aguas lluvias.

“Hasta el momento no sabemos si él (Ofran Alexander) hace parte de alguna banda delincuencial. Estamos investigando para establecer por qué se dio este hecho de sangre”, dijo una fuente judicial.

Precisamente, los familiares de María Mercedes, la mujer que falleció tras el ataque, le piden a las autoridades que indaguen sobre qué causó el hecho violento y hacia quién iba dirigido, pues la mujer, de 29 años, no estaba involucrada en ‘malos pasos’, era vendedora de hortalizas en Cenabastos y siempre se caracterizó por su alegría y simpatía.

Llegó ‘disparando como loco’

María Cardona estaba muy contenta el miércoles, 25 de diciembre, pues había pasado otra Navidad con sus seres queridos.

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Ella estaba consumiendo bebidas embriagantes con familiares en el andén de su vivienda, desde la tarde.

Según versiones, hacia las 5:00 de la tarde, José Omar, el hombre que resultó herido, llegó hasta el sitio y tras cruzar algunas palabras con la víctima mortal y otras personas, se sentó en una silla plástica y se dispuso a beber alcohol.

Cuatro horas después, el ambiente en el andén era de risas, alegría y música a todo volumen.

Pero todo cambió luego de que Ofran Lozano llegara a pie  y sin cruzar palabras comenzara a disparar indiscriminadamente.

“Nosotros vimos a un ‘man’ gordo que tenía un audífono en una oreja. En cuestión de segundos comenzó a disparar, se escucharon unos 15 disparos (…)”, dijo un testigo.

El asesino alcanzó a disparar en tres oportunidades, en ese momento la pistola se le encasquilló, por lo que se movió unos metros y, tras resolver ese inconveniente para su sangrienta misión, volvió para seguir atacando a balazos al grupo.

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María Cardona recibió tres disparos en el pecho y el estómago, uno en una pierna y otro en un brazo, quedando tirada en el piso, mientras que José Melo fue impactado en un hombro.

Los dos niños, quienes son sobrinos de la mujer, al escuchar los disparos salieron de una vivienda vecina para observar qué sucedía.

Uno de ellos, de 11 años,  recibió un tiro en la cabeza y lucha por su vida en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de un centro asistencial, el otro menor de edad, de 9, resultó impactado en el pómulo izquierdo.

Las personas fueron trasladadas por la comunidad hasta el Policlínico de Atalaya, donde la mujer falleció y las otras víctimas fueron atendidas por los galenos de turno.

La captura

El plan de Lozano Jaramillo de dejar una motocicleta en un canal de aguas negras, por el lado de la urbanización Cormoranes, para huir en el automotor tras cometer el hecho, le salió mal.

Y es que el hombre, una vez disparó, salió corriendo en dirección al canal, pero en ese momento unos policías que estaban cerca lo comenzaron a buscar, encontrándolo mientras él intentaba huir por esa estructura que recoge las aguas lluvias de la zona.

“No tenía el arma, al parecer se la entregó a alguien más o la tiró en la maleza”, comentó la fuente judicial.

Lozano Jaramillo fue trasladado hasta el Búnker de la Fiscalía en donde permanece a la espera de que un juez le defina su situación jurídica.

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