La noche del miércoles, en la calle 1A entre avenidas 12A y 13 del barrio Carora, los gritos desgarradores de una mujer rompieron la tranquilidad del lugar, clamando ayuda para su esposo, quien yacía muerto en la carretera.

Eran las 7:45 p.m. cuando Carlos Alberto Bería Camejo, de 25 años, fue atacado a tiros. Tres balazos acabaron con su vida.

Lea: Interceptaron más de 800 paquetes de marihuana tras una persecución en Chinácota, Norte de Santander

La escena era desoladora. Mientras la comunidad observaba con asombro y tristeza, la mujer abrazaba el cuerpo del joven, inundada por el dolor.

Al poco tiempo, la Policía Metropolitana de Cúcuta llegó al lugar y acordonó la zona, permitiendo que la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) adelantaran la inspección y el levantamiento del cadáver. Entre las pertenencias de la víctima, se encontró un revólver calibre 38 milímetros.

Sin embargo, surgieron interrogantes entre las autoridades, pues la pareja no residía en ese sector. Vivían en una invasión de la ciudadela La Libertad, bastante alejada del barrio Carora. Esto planteó una incógnita: ¿qué hacían allí a esa hora de la noche?

Dos hombres lo esperaban

Con el avance de la investigación, las autoridades lograron reconstruir los detalles del ataque. Carlos Alberto había llegado al lugar con su pareja y ambos se sentaron en un andén, como si esperaran a alguien. Después de unos diez minutos, un hombre vestido con un buzo negro apareció en una esquina, observó la situación y dio una señal a otro individuo que vestía un buzo rojo.

Este último, armado, se acercó tranquilamente hacia la víctima. Sin mediar palabra, disparó frente a su esposa. Carlos Alberto intentó correr, pero cayó. Mientras agonizaba en el suelo, su agresor huyó del lugar con la misma calma con la que llegó.

Conozca: “Ahí les dejamos una bomba”, habrían dicho los delincuentes antes de volar el peaje de Pamplonita

A unas cuadras de distancia, el atacante abandonó el buzo rojo que usaba, quedando con una franela rosada y blanca, y desapareció.

Una cita sospechosa

Aunque inicialmente se especuló que un familiar habría citado a la víctima, las autoridades descubrieron otra versión. El teléfono celular de Carlos Alberto resultó ser clave, ya que tenía características inusuales: solo contaba con dos contactos agregados, ninguno relacionado con el hecho, y no contenía mensajes ni rastros de conversaciones recientes.

Sin embargo, se registraron cinco llamadas recibidas en las horas previas al crimen. Una de ellas parecía haber sido la razón por la que Carlos Alberto acudió al barrio Carora, supuestamente para recoger algo o concretar algún asunto. Ante la incertidumbre, le pidió a su pareja sentimental que lo acompañara, aunque no dio mayores detalles.

Hipótesis

La principal hipótesis que manejan las autoridades apunta a un posible ajuste de cuentas vinculado al tráfico de estupefacientes. Presuntamente, Bería Camejo tendría que ver con el negocio.

Entérese: Esto es lo que hallaron en la cárcel de Cúcuta en megaoperativo policial

“Se dedicaba al expendio de droga, comprándola a diferentes proveedores, lo que habría generado tensiones con una estructura criminal que controla el microtráfico en los barrios 28 de Febrero, Carora y sectores aledaños” detallan las primeras investigaciones.

Los dos atacantes serían miembros de esta organización, que habría ordenado el asesinato como represalia por las acciones de la víctima. Mientras las investigaciones avanzan, las autoridades intentan esclarecer los detalles detrás de este crimen que conmocionó al barrio Carora.

Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion