Fue en una de las angostas calles del asentamiento humano Juan Pablo II, en las inmediaciones del barrio Minuto de Dios, de la ciudadela Juan Atalaya, específicamente en la manzana C, donde un hombre, que no supera los 25 años de edad, fue asesinado a sangre fría y sin mediar palabra alguna.
Además: Capturado cabecilla del Eln señalado de asesinar a tres policías en Ocaña
La víctima combinaba una camiseta roja con una gorra del mismo color, además de un bluyín y chanclas. Cuando llegaba cerca a la mitad de la calle, fue interceptado por dos hombres en una motocicleta. Múltiples disparos anunciaron una nueva muerte en Cúcuta.
Sobre las 11:00 de la mañana del miércoles, tras recibir cinco impactos de bala en la parte abdominal, este hombre cayó de espaldas al asfalto en la mitad de la calle, su último aliento ya había dejado su cuerpo.
Los responsables escaparon en su motocicleta, negra, Suzuki GN, según testimonios de la comunidad.
Nadie vio nada, nadie dice conocerlo, aun así, una vez pasado el caos, los vecinos empezaron a asomarse para ver lo sucedido y alertaron a las autoridades, que llegaron al sitio una media hora después de lo sucedido.
Uniformados de la Policía Metropolitana de Cúcuta acordonaron la calle y restringieron el paso, mientras realizaban las pesquisas. Hombres de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brihno), llegaron poco después para recoger las evidencias.
Siga leyendo: Rescatan a menor de edad que se lanzó de un puente colgante en Cúcuta
Entre murmullos y voces bajas, los vecinos intentaban reconstruir los hechos, otros se acercaron a verificar si no se trataba de algún conocido, todos preguntaban por su identidad, no se trataba de nadie de la zona. Al cierre de esta edición, ni las mismas autoridades habían podido reconocerlo y se espera que conocidos o familiares acudan ante Medicina Legal.
¿Por estupefacientes?
Aunque no se tienen muchas pistas de los responsables ni de la víctima, en este sector, donde muchos prefieren callar para evitar problemas, hay incidencia del grupo delincuencial conocido como Familia P, quienes se dedican al homicidio, extorsión y tráfico de estupefacientes.
Una de las hipótesis que se manejan se relaciona al microtráfico, sin embargo, al requisar al occiso no le encontraron nada ilegal, su única pertenencia era un teléfono móvil, que quedó a disposición de las autoridades para avanzar en la investigación.
Otro punto clave en la reconstrucción de los hechos son las cámaras de seguridad en las viviendas de la zona, una de las cuales apunta directamente al lugar de los hechos.
Gracias por valorar La Opinión Digital. Suscríbete y disfruta de todos los contenidos y beneficios en https://bit.ly/SuscripcionesLaOpinion .