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A Motoloco lo asesinaron por 'copiarle a Porras y por prestado' en un estanco de Atalaya, en Cúcuta
Los atacantes dejaron una nota en el lugar de los hechos.
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La opinión
La Opinión
Lunes, 2 de Junio de 2025

La guerra por el control de la ciudadela Juan Atalaya, de Cúcuta, entre grupos criminales dejó un nuevo asesinato, esta vez en el barrio Carlos Ramírez París. Este homicidio fue un mensaje, tanto simbólico como escrito de la banda delincuencial Los Mexicanos.


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Minutos después de las 8:00 de la noche del 31 de mayo, Víctor Ángel Hernández Vargas compartía con algunos allegados en un establecimiento comercial, ubicado sobre la calle 4 entre avenidas 3 y 4, y la fiesta se convirtió en una tragedia. De repente, se empezaron a escuchar múltiples disparos, todos dirigidos a Víctor.

Dos hombres en moto llegaron frente al local, en una Suzuki GN roja, y una Yamaha Líbero negra, desenfundaron las armas de fuego y pusieron a Víctor en el punto de mira. Apretaron el gatillo e impactaron a Víctor al menos 5 veces, tres en los hombros y dos en la cabeza.

Entre gritos y sangre, los responsables dejaron una hoja con un mensaje y huyeron, mientras la víctima cayó herida de gravedad al borde del andén del negocio.

Víctor Ángel, también conocido como Motoloco, fue auxiliado de inmediato, y por sus propios medios, más la ayuda de un taxista, lo trasladaron desde ese punto, ubicado frente a la cancha de tierra del barrio, hasta el centro asistencial más cercano, en el barrio Loma de Bolívar. Allí el personal médico trató de prestarle los primeros auxilios, sin embargo, no fue suficiente y perdió la vida poco después del ataque.


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En tanto, en el lugar de los hechos, quienes se quedaron allí avisaron a las autoridades, y recogieron una hoja de papel que habían dejado los responsables de este homicidio. La misiva decía:
“por copiarle a Porras y por prestado. Atentamente, Los Mexicanos.”

Minutos después, llegaron varias patrullas de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc), que tomaron el mensaje escrito dejado en el lugar, acordonaron la escena y tras una recopilación temprana de las características de los responsables, se instauró un Plan Candado en los sectores cercanos para tratar de dar con los responsables.

También se revisaron las cámaras de seguridad de inmediato, con las cuales esperan poder establecer las placas de las motocicletas involucradas.

La Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) llegó al lugar para adelantar las respectivas pesquisas y tratar de reconstruir los hechos, que permitan esclarecer los motivos detrás del asesinato de Motoloco, quien era residente de ese sector.

Los móviles de este hecho están claros para las autoridades: se trata de una muerte más en la guerra entre bandas criminales que tiene azotada la ciudad. A esto se le añade el mensaje que dejaron, que de ser cierto, la víctima habría estado relacionada con Ever Carreño Corredor, alias Porras, cabecilla principal del grupo delincuencial Familia P.


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Continúa la guerra

Esta sería la tercera muerte relacionada con la banda de Porras y Los Mexicanos en la última semana. El pasado miércoles, 28 de mayo, se vivió uno de los episodios más macabros en esta disputa territorial, cuando la cabeza de un presunto integrante de Los Mexicanos fue encontrada dentro de una cava, al frente de la cárcel Modelo.

Se trataría de alias El Chino, pues su identidad no pudo ser establecida por las autoridades, aunque según la investigación preliminar, este hombre estaría relacionado con Los Mexicanos, y su desmembramiento habría sido un mensaje de parte de Porras.

Cuatro días antes, cuando se llegaba al mediodía del 24 de mayo, Cristian David Ibarra fue asesinado al interior de su casa, en la calle 7 con avenida 4, también en Carlos Ramírez París, apenas unas cuadras de donde asesinaron a Motoloco.

Ibarra recibió tres disparos que le quitaron la vida en el lugar de los hechos, más tarde ese día, sobre la noticia de su muerte, por redes sociales empezaron a circular comunicados, presuntamente, a nombre de Los Mexicanos bajo el lema: “todo lo que huele a Porras, se muere”, en el cual tomaban la responsabilidad del hecho.


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