Momentos de tensión vivieron los uniformados de la subestación de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) en el corregimiento Buena Esperanza, zona rural de la ciudad. Un disparo con un arma de largo alcance avisaba de un nuevo ataque contra la fuerza pública en Norte de Santander.

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A las 8:30 de la noche del 27 de mayo, un criminal puso en el punto de mira de su rifle de francotirador al subintendente Diego Alexander Prieto Rodríguez, quien salió de las instalaciones policiales, hasta que el victimario accionó su gatillo.

Un solo disparo fue suficiente para dejar a Prieto, de 38 años, gravemente herido. La angustia se apoderó de sus compañeros de labor, quienes de inmediato confirmaron que había sido impactado, activaron los protocolos correspondientes y avisaron a la central de radio.

Con desconcierto y un tanto de confusión comunicaron la situación a sus superiores, quienes trataron de gestionar la ayuda para intentar salvarle la vida al subintendente, sin embargo, por la gravedad de la herida, falleció frente a esta subestación, en la cual fungía como jefe de información.

Prieto falleció luego de más de 14 años al servicio de la Policía, era oriundo de Bogotá y deja en este mundo dos hijas y una viuda, quienes lloran profundamente este hecho.

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Recuperación del cuerpo

El cuerpo de Prieto fue resguardado en las instalaciones, mientras las autoridades organizaron un plan de recuperación del cuerpo. Durante el siguiente día se reforzó la seguridad de este sector, para poder llevar un vehículo hasta el sitio.

Sobre las 10:00 de la mañana de ayer, un helicóptero del Ejército llegó hasta la cancha, frente a esta subestación, para trasladar el cadáver hasta la capital nortesantandereana.

Este hecho vuelve a poner en evidencia los riesgos a los que se enfrentan los miembros de la fuerza pública en zonas de alto conflicto. Hasta el momento, ningún grupo armado ilegal se ha atribuido este ataque, y la búsqueda por justicia contra los responsables continuará por parte de las autoridades.

Reacción

Horas después, la Policía, con vocería de su director, el brigadier general Carlos Fernando Triana Beltrán, condenó este hecho.

Expresó que desde la institucionalidad tenían el compromiso de desplegar las capacidades de investigación e inteligencia para capturar a los responsables y ponerlos a disposición de la justicia.

En tanto, la comunidad ha reaccionado con tristeza ante este nuevo hecho que enluta a una familia, la preocupación principal es la cantidad de atentados contra uniformados que han resultado fatales recientemente.

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Continúan los ataques

En apenas cuatro días se presentaron tres ataques contra la fuerza pública en el departamento. En la madrugada del pasado domingo, sujetos armados atacaron una patrulla de la Policía de Norte de Santander (Denor), mientras adelantaban actividades rutinarias en la avenida Circunvalar, de Ocaña.

En este hecho, tres uniformados resultaron heridos, y trasladados de urgencia al Hospital Emiro Cañizares, donde recibieron atención médica, a cierre de esta edición, no se reportaron víctimas fatales de este incidente.

Apenas horas antes, en el sector Morichal, de Villa del Rosario, una patrulla del Grupo de Operaciones Especiales (GOES) de la Mecuc con tres uniformados en su interior, fue emboscada por miembros del frente Camilo Torres Restrepo del Eln, que les dispararon en ráfaga.

De este hecho resultaron lesionados dos de los pasajeros del vehículo, el intendente Edinson Oswaldo Porras Carreño, comandante de esta patrulla, resultó con heridas a raíz de las detonaciones, mientras el subintendente Luis Alfredo Argote Rincón, recibió un disparo, que le quitó la vida momentos después. En este caso, además, la patrulla fue quemada.

Dos meses atrás ya había sucedido una situación similar, cuando otra patrulla fue emboscada, el 4 de marzo, siendo atacada también por hombres con armas de fuego de largo alcance, dejando dos subintendentes heridos, en ese caso no hubo bajas, y ambos uniformados fueron estabilizados.

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