“Es posible que haya sido una carga explosiva que estaba ahí desde hace tiempo”.
Esa, fue la versión preliminar que entregó el comandante del Ejército Nacional, general Jaime Lasprilla, tras el atentado de la guerrilla de las Farc que cobró la vida de cuatro militares en la tarde del lunes, en zona rural de Teorama.
El oficial arribó a la zona del atentado el lunes, y en una rueda de prensa, realizada ese mismo día en las instalaciones de la Brigada 30 del Ejército en Cúcuta, dijo que ya se habían iniciado las investigaciones para esclarecer cómo ocurrió el ataque al helicóptero Black Hawk, en el que viajaba un grupo de uniformados que reforzaría la seguridad en la zona para que los funcionarios de Ecopetrol adelantaran las reparaciones en el oleoducto Caño Limón-Coveñas, dinamitado la semana pasada por guerrilleros de las Farc.
La muerte del cabo primero Gabriel Ignacio Mejía Bermúdez, oriundo de Antioquia y los soldados Franklin Gamboa Monsalve, natural de El Zulia (Norte de Santander); Edison Blanco Zapata, de Santander y Carlos Darío Gutiérrez, de Cesar, se produjo en el instante en que descendían de la aeronave y se activó una carga explosiva aún sin determinar. Otros seis militares resultaron heridos.
Lasprilla aseguró que junto al Inspector General del Ejército, el Comandante de Aviación y un grupo de ingenieros militares expertos, se analizará cuidadosamente qué fue lo que ocurrió en la vereda El Bejuco, del corregimiento El Aserrío.
“Las primeras versiones indican que se había hecho un registro sobre el sector (antes de la llegada del helicóptero). Ahora todo depende de la investigación que se haga con los expertos”, explicó el comandante del Ejército.
El oficial insistió en que el uso de artefactos explosivos por parte de las Farc es una violación al Derecho Internacional Humanitario.
Además, expresó su solidaridad con las familias de los militares muertos.
Llevaba 7 años en el Ejército
El soldado Franklin Gamboa, de 25 años, una de las víctimas del ataque del lunes en zona rural de Teorama, era oriundo de la vereda El Encerradero, El Zulia, y hacía parte de las fuerzas especiales de esa institución.
Soldado Franklin Gamboa Monsalve.
Algunos familiares recordaron que la última vez que vieron a su ser querido fue hace un mes, cuando vino a conocer a su primogénita.
Según se conoció, Gamboa cumplía labores de francotirador y era muy entregado a su trabajo.