En los últimos años el estrato está imponiendo reglas claras en algunos barrios de la ciudad y ello ha dado origen a un fenómeno de desplazamiento de familias silencioso en  las comunas 2,4 y 5 del área metropolitana de Cúcuta.

Si bien no es tan relevante como la inseguridad o el deterioro vial, sí ha disminuido la calidad de vida de los residentes en estos sectores.

El fenómeno ha hecho migrar a otros barrios de estratos bajos a familias que habitaban en Los Pinos, Quinta Bosch, Quinta Oriental, Ceiba II, El Popular, debido en primera instancia al alto costo en los servicios públicos, una situación que ha obligado a tomar algunas medidas drásticas para contrarrestar dicha problemática.

Pagar energía o agua potable en barrios estrato 4 y 5 hace hueco en los bolsillos, denunció Amanda Pérez, maestra de un colegio privado y propietaria de una vivienda en Quinta Bosh. Su economía se vino al piso y eso la obligó a migrar al barrio García Herreros, de estrato 2.

Los altos costos de los servicios públicos han disparado no solo el desplazamiento sino la puesta en venta y arriendo de las viviendas, debido también al alto costo del impuesto predial en viviendas ubicados por encima del estrato 4.

Hablan los líderes

Sobre este asunto se manifestaron algunos líderes comunales de dichos sectores, quienes destacaron que con el transcurrir del tiempo más residentes abandonan los barrios, porque vivir allí  ha vuelto insostenibles sus economías.

Según lo expresado hace un tiempo por Pedro Murillo, delegado de la comuna 2 en la Asociación de Juntas Comunales (Asojuntas), uno de los factores más grandes que promueven la deserción es el costo del impuesto predial, debido a que son sectores categorizados como estratos 3 y 4.

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Esta situación ha provocado un paulatino abandono de esos sectores desde hace cinco años, hecho que para las comunidades es motivo de descontento, en vista de que muchas de las personas que se han desplazado son residentes fundadores.

No hay clientela

Sin embargo, una consecuencia del alto costo de la vida en estos barrios es que casi nadie quiere vivir allí, viéndose reflejado en la dificultad que tienen las diferentes inmobiliarias para conseguir clientela en esos lugares.

De acuerdo con lo expresado por Ketty La Roche, directora de una inmobiliaria: “he notado que antes las personas no tenían en cuenta el tema de los servicios a la hora de buscar un apartamento o casa en arriendo, pero eso ha cambiado en este último año”.

La Roche precisó que si bien es cierto que el costo de la vida aumentó para todos los estratos, “desde el tres en adelante se encarece muchísimo, y la gente ahora pregunta primero de qué estrato es el inmueble, pues todo esto repercute directamente en la canasta familiar”.

Debido a esto, en el último tiempo a las inmobiliarias se les ha hecho muy difícil encontrar clientes que decidan arrendar o comprar en estos lugares, y muchas viviendas llevan en sus fachadas los letreros de “se vende” o “se arrienda” desde hace varios meses.

Un tira y afloje 

Esta situación ha generado una pugna entre clientes, arrendatarios e inmobiliarias para llegar a un acuerdo con el arriendo de una propiedad, “pues las familias que ganan más de $5.000.000 quieren vivir en lugares de estrato 4 o 5, pero quieren que los dueños de los inmuebles les alquilen por precio de estrato 3.”, dijo La Roche.

Lo anterior en vista de que lo que se ahorran en el arriendo es destinado para la compra de otros productos en la canasta familiar y, por ende, los propietarios no han tenido más remedio que bajarle el precio a los arriendos con la finalidad de conseguir clientela.

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