El pasado 18 de mayo, las autoridades recibieron la denuncia de una víctima que indicaba que dos hombres armados le habían robado cerca de $9 millones en un atraco en el barrio García Herreros. Con la información suministrada, la Sijín de la Policía Metropolitana de Cúcuta (Mecuc) dio inicio a una investigación para ubicar a los responsables del hecho.
Lo que no esperaban era que, cuatro días después, recibirían otra denuncia que cambiaría el rumbo de la investigación. Otra persona informó que también había sido víctima de dos hombres que le hurtaron casi $10 millones, en circunstancias muy similares al primer caso.
La información detallada de ambos casos comenzó a arrojar similitudes que llevaron a las autoridades a sospechar que los hechos estaban relacionados con los mismos delincuentes. Estas coincidencias se convirtieron en el eje central de la investigación, permitiendo a los investigadores, establecer un patrón en el modo de operar de los sospechosos.
Durante el mes siguiente, los investigadores se dedicaron a recopilar pruebas exhaustivas, incluyendo videos de cámaras de seguridad y testimonios de la comunidad. La labor minuciosa de revisión de las grabaciones de seguridad permitió identificar con claridad a los presuntos delincuentes, mientras que los testimonios aportados por los vecinos complementaron la reconstrucción de los hechos.
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Con las pruebas en mano, las autoridades lograron que el Juzgado Noveno Penal Municipal de garantías de Cúcuta emitiera dos órdenes de captura en contra de Julio Yonaiker Buitrago Rodríguez, de 20 años, ‘El Flaco’, y Víctor Manuel Triana Márquez, de 30.
Los uniformados llegaron hasta la avenida 26 del barrio Belén y capturaron a Triana. Posteriormente, a 'El Flaco' en la cancha de fútbol del barrio Carlos Ramírez París.
Se pudo conocer que estos presuntos delincuentes operaban de manera independiente y estarían vinculados con varios hechos perpetrados en el barrio Prados del Este y la ciudadela Juan Atalaya.
Sus operaciones eran meticulosamente planificadas, identificando a sus víctimas con antelación para después amedrentarlas con un arma de fuego y, de esta manera, hurtarles sus pertenencias. En su mayoría, se trataba de dinero en efectivo o prendas de oro.
Los dos capturados fueron presentados ante un juez de la Fiscalía, quien decidió dictarles medida de aseguramiento en la cárcel para que respondan por el delito de hurto calificado y agravado.
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