La valentía que tuvieron Harold Alexander Estupiñán Pineda y su amigo Jorge Javier Hernández Villamizar, junto con tres hombres más, para llegar hasta la vivienda donde un grupo de desconocidos escondía la moto que les habían robado el 31 de mayo, al parecer, fue el detonante para que días después fueran asesinados.

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Esta es la principal hipótesis que analizan las autoridades sobre los crímenes de estos dos hombres, ocurridos con doce días de diferencia, en el barrio Pueblo Nuevo.

Según se conoció, cuando los ladrones se llevaron la motocicleta, propiedad de Estupiñán, este inició la búsqueda y así descubrió dónde estaba su vehículo, por lo que decidió ir a recuperarlo junto con sus amigos.

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Extraoficialmente se conoció que cuando los cinco hombres llegaron a la casa, en un sector aledaño a Pueblo Nuevo, fueron abordados por unos desconocidos que los amenazaron y les advirtieron que se retiraran del lugar.

Sin embargo, Harold, Jorge y sus acompañantes no les prestaron atención y, finalmente, lograron que les devolvieran la motocicleta.

Los crímenes

Cuando todo parecía normal, en medio del logro de los amigos al recuperar la motocicleta, los violentos hicieron de las suyas. Harold Estupiñán fue asesinado a balazos la noche del 11 de junio, cuando estaba frente a su vivienda, en la calle 0AN con avenida 10, del barrio Pueblo Nuevo.

En ese momento llegaron dos hombres en una motocicleta y le dispararon en cinco oportunidades en la cabeza, el pecho y la espalda. La víctima, que era albañil, alcanzó a dar unos pasos, pero cayó al piso. Unos vecinos la auxiliaron y la llevaron hasta la Unidad Básica Loma de Bolívar, donde llegó sin signos vitales.

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Doce días después, el temor y la muerte volvieron a ese barrio, cuando un desconocido acabó con la vida de Jorge Hernández, mientras guardaba su motocicleta Suzuki AX, negra, de placa VXF66A, en un pequeño garaje de la casa de unos familiares, ubicada en la Transversal 17 con calle 00.

Cuando la víctima trató de cerrar una reja, el homicida, que, al parecer, llevaba varios minutos escondido en un callejón, se le acercó y le disparó en dos oportunidades en la cabeza y la oreja izquierda.

Las detonaciones de los disparos alertaron a los familiares de Jorge Hernández, quien era zapatero, por lo que salieron de la vivienda y vieron el cuerpo de su ser querido tendido en el piso, al lado de su moto.

Miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección y el levantamiento de los cuerpos.

Las reacciones

La Opinión se contactó con las familias de Harold Estupiñán y de Jorge Hernández para conocer si ellos sabían qué habría llevado a que sus seres queridos fueron asesinados, pero se abstuvieron de entregar mayores detalles.

Una familiar de Harold aseguró vía telefónica que no han obtenido información sobre los motivos del asesinato de su ser querido.
 
Asimismo, una allegada de Jorge Javier Hernández insistió en que su familia desistió de cualquier intención para ahondar en el hecho.

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