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Judicial
De cuidador de babillas en la Fuente Luminosa a narcomula
Evaristo Martínez Díaz, de 67 años, dedicó su vida de vendedor ambulante a cuidar animales en la fuente luminosa.
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Andrés Julián González
Andrés Julián González Pardo
Sábado, 24 de Octubre de 2015

Su vida siempre estuvo marcada por la sencillez, la verraquera para salir adelante y por ser uno de los íconos ocultos de la sociedad cucuteña. 

Sin embargo, el pasado 19 de octubre, Evaristo Martínez Díaz, de 67 años, natural de Durania (Norte de Santander) fue reconocido en Colombia como uno de los miembros de una misma familia que fue capturado por la Policía Antinarcóticos en el aeropuerto internacional Camilo Daza, cuando pretendía viajar a República Dominicana con su cuerpo cargado de drogas.

Aquel hombre, que dejó una huella inolvidable en la comunidad por dedicar al menos 22 años a cuidar y a exhibir babillas, tortugas y peces en la fuente luminosa de la Diagonal con avenida 0, se convirtió en la típica ‘mula’ que ‘arrastra’ su destino a terminar tras las rejas -tal vez como siempre vio a sus animales-.

Llegó a tener 34 galápagos, unos 2 mil peces, 22 babillas y un caimán aguja. Había convertido la fuente luminosa en un pequeño zoológico. 

En noviembre de 2005, cuando Corpocero le pidió desalojar la fuente por un proyecto de recuperación del lugar, se llevó a los animales que le quedaban. En baldes sacó los peces, en sacos echó a las dos babillas que le quedaban y los trasteó hasta su casa, en el barrio Gramalote de Villa del Rosario.

Allí, los vecinos frecuentaban el pequeño zoológico, donde vivía con su esposa.

Martínez, vendedor ambulante de profesión, pero de corazón y espíritu conmovedor para criar los animales que hicieron parte de los paseos de domingo de los cucuteños, que eran el centro de atracción de niños y adultos mientras se esperaba la buseta hacia cualquier punto cardinal de la ciudad y hasta para visitar a los municipios fronterizos (San Antonio y Ureña), cayó en las redes del narcotráfico. Quiso vender el ‘dulce’ más caro de su vida.

Apenas ingresó junto a su actual compañera sentimental y sus dos hijastros al aeropuerto, vistiendo ropa y zapatos nuevos, con un evidente nerviosismo, fueron perfilados por los agentes antinarcóticos de la región de Policía N° 5, como sospechosos de estar al servicio del narcotráfico.

Los pasaportes habían sido expedidos tres días antes del vuelo que tomaría la familia rumbo a República Dominicana con escala en Panamá, por lo que los uniformados detectaron que sería el primer viaje al exterior que tendrían.

Tras una breve entrevista, los familiares confesaron llevar en sus vientres dediles cargados de droga. 54 cápsulas de látex llenas de heroína y 37 de cocaína, estaban en los cuerpos de las cuatro personas. Solo Evaristo ingirió 34 dediles de heroína, su hijastra de 16 años, tenía 24 de cocaína. Damarys, de 39 años cargaba 15 de cocaína, mientras que su hijastro, Camilo Rodríguez, se tragó 18 cápsulas de heroína.

La Policía indicó que esta familia fue contactada por una red de narcotráfico que cautiva ‘mulas’ desde diferentes aeropuertos internacionales del país. Recibieron ropa nueva, con la que pretendían cambiar la apariencia, y no hubo dinero previo, aparentemente les prometieron un millonario pago en Ciudad de Panamá.

Paradójicamente, Evaristo sigue marcando huellas. Él y sus nueva familia fueron las primeras cuatro personas capturadas en Cúcuta, en lo corrido de 2015 tras haber ingerido las drogas. Otras seis también han sido detenidas por la Policía, pero con las sustancias ilícitas camufladas en las maletas de viaje.

En el año, la Policía Nacional ha capturado en las terminales aéreas de Colombia a 138 personas que llevaban cápsulas de droga en su organismo. 35 son ciudadanos de otros países y siete superan los 65 años de edad. La cantidad de estupefaciente descubierto es de 13 kilos de heroína y 14 de cocaína.

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