Aunque en el sector El Porvenir, de la parte alta del barrio Alfonso López, la mayoría de habitantes se rehúsan a hablar de los hechos violentos que se han registra allí, por el temor y el ambiente tenso, es fácil percibir que los responsables deambulan tranquilamente por ese lugar imponiendo la ley del silencio.
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Precisamente, la noche del jueves fue asesinado, de al menos diez impactos de bala, Ariel Mateo Soto Carreño, de 20 años, cuando estaba en la cancha de este popular sector.
Según se conoció, dos pistoleros se le acercaron a las 10:00 de la noche y le dispararon con sevicia, dejándolo tendido detrás de uno de los arcos de fútbol.
Los residentes que están alrededor del escenario deportivo alertaron de inmediato a la Policía Metropolitana de Cúcuta, para que se iniciaran las investigaciones del hecho.
Asimismo, miembros de la Brigada Interinstitucional de Homicidios (Brinho) se encargaron de la inspección y del levantamiento del cadáver, que fue trasladado al Instituto de Medicina Legal.
Inicialmente la víctima no fue identificada por las autoridades, porque no tenía documentos y además, ninguno de sus familiares acudió a la escena del hecho. Sin embargo, minutos después de la diligencia judicial, un hermano arribó a la Fiscalía y adelantó el proceso de identificación.
Ariel Soto recibió los impactos de bala en la cabeza, la cara, el abdomen y en una mano.
Por ahora, los investigadores que asumieron las pesquisas del asesinato avanzan en las indagaciones para determinar los posibles móviles que desencadenaron en el hecho de sangre.
Se había ido
Según se conoció, la víctima estuvo viviendo algunos días en Bucaramanga, donde al parecer, estuvo trabajando en un establecimiento de venta de pollos y posteriormente regresó a la capital de Norte de Santander.
Sus familiares no sabían de su paradero, por lo que no conocen amenazas o problemas en su contra.
Ahora, las autoridades tienen la difícil misión de identificar a quiénes cometieron este lamentable hecho, de la larga lista que tiene Policía y Fiscalía.