Nació en las frías tierras cundinamarquesas, el 14 de septiembre de 1893.
Desde pequeño sus padres lo trajeron a estas tierras que sintió como propias, porque fue aquí donde formó su hogar, se desarrolló como profesional de la ingeniería civil, y en el ambiente político y de civismo marcó la pauta ganándose el aprecio entre la sociedad y el pueblo cucuteño.
La Universidad Nacional le otorgó el título de Ingeniero Civil en 1916. Contrajo matrimonio con Delina Durán Durán, hija del general Justo Leonidas Durán. Fueron sus hijos: Eduardo, destacado ingeniero y por varios años director general del SENA, y el poeta Jorge Gaitán Durán, quien falleció en un accidente aéreo en 1962.
Gaitán Martín se “adentró” en el corazón del pueblo liberal un día, después de un ardoroso debate. Ocupaba su curul en la Asamblea y en un debate memorable, se enfrentó con arrogancia, valor e inteligencia al general(r) Miguel R. Quintero, que llevaba en esos momentos la vocería oficial del partido de gobierno. En esa jornada histórica, las barras aplaudieron delirantemente a Gaitán Martín, por su coraje y por su acción doctrinaria.
Fue elegido concejal por el partido Liberal el primero de octubre de 1939, su suplente fue Samuel Maduro Pernía. Desde esa curul trabajó por el progreso de la pequeña ciudad que le abrió las puertas y lo hospedó en su seno.
Los cucuteños lo recuerdan por sus campañas cívicas para hacer de Cúcuta una ciudad aseada.
Como ingeniero, su nombre está vinculado a obras que hoy son orgullo de la ciudad: el Puente Unión, sobre el rio La Grita, inaugurado el 24 de julio de 1926 y que sirvió de empalme a los ferrocarriles de Cúcuta y el Táchira, donde están Puerto Santander en Colombia y Bocas de Grita en Venezuela; el pabellón de dos plantas del Hospital San Juan de Dios, la Escuela Normal de Institutores de Pamplona, la Antigua sede del Banco de Bogotá, el antiguo edificio del Banco de la República; el trazado de la Línea Sur del Ferrocarril de Cúcuta, proyecto que realizó en asocio con los ingenieros Julio Méndez y Fabio González Tavera; el hotel Palacé; el Reformatorio de Menores; el Ancianato y la capilla; el Antituberculoso y el Hospital Amelia; la planta de Purificación del Acueducto Moderno de Cúcuta en 1947 y la construcción del puente Ospina Pérez sobre el río Zulia , además de numerosas quintas y residencias en la ciudad.
En 1918, diseñó la Línea del Ferrocarril al Magdalena que nunca se construyó.
Integró la primera Junta Directiva de la Sociedad de Agricultores y Ganaderos del Norte de Santander en 1932.
Fue presidente de la Compañía del Ferrocarril de Cúcuta, elegido por primera vez en 1939 y reelegido por cinco períodos consecutivos hasta su renuncia en noviembre de 1951.
Durante su gestión logró conjurar varias de las crisis que se presentaron debido a los vaivenes de la economía fronteriza y a las constantes medidas que se tomaban en los gobiernos de ambos países.
Sirvió de asesor en varios proyectos gubernamentales, como la compra de la Compañía Eléctrica del Norte y la erección del monumento al benefactor Erasmo Meoz.
En 1943, en asocio con Roberto Moreno, fundó la primera empresa de elaboración de ladrillos y materiales de arcilla, considerada la pionera de la industria alfarera de la ciudad, el Tejar de Pescadero.
Fue infatigable titán del trabajo. Así como recorría la ciudad advirtiendo las zonas de su “regazo”, se confundía con los obreros a lo largo de la paralelas de hierro bajo el sol inclemente de la montaña lejana.
El 30 de agosto de 1975, entregó su vida al Señor después de haberla gastado en el trabajo por la que consideró su ciudad natal.
Redacción
Gerardo Raynaud D.
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