Al menos 200 personas que residen en los municipios fronterizos del Táchira están emigrando al mes, debido a que desde que se abrió la frontera se redujeron las posibilidades de generar ingresos económicos en la zona.

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Los grupos de migrantes están saliendo desde diversos barrios de San Antonio y Ureña de manera semanal, se organizan entre varios conocidos y parten con rumbo a la Selva del Darién, en busca del sueño americano. 

Así lo reportó el concejal de la frontera, Rómulo Rojas, quien expuso que el daño del cierre de la frontera  y posterior apertura sigue causando efectos adversos. Muchos de los jóvenes que se desempeñaban como carretilleros se quedaron prácticamente desempleados desde que se abrió el paso de vehículos sobre los puentes. Aunado a ello, siguen cerrando comercios, por ende hay menos fuentes de empleo.

Las calles del centro de San Antonio lucen desoladas, los habitantes expresan que en los municipios fronterizos “están quedando puros viejos”. 

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Asegura que son miles de residentes de San Antonio que ya se han ido, debido a que la apertura de frontera, no ha dado resultados positivos para el Táchira desde el punto de vista económico. 

Por el contrario, ahora con los prolongados cortes de energía eléctrica que son hasta de 8 horas, los pocos negocios que había,  se han visto en la necesidad de cerrar, aumentando el desempleo, apuntó Rojas. 

Cristian Pastrán, coordinador de la Diócesis de San Cristóbal, que labora prestando auxilio a los migrantes, expuso que la emigración de salida se mantiene en un 50% , mientras que el retorno de venezolanos se ubica en un  10%.

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