También precisa que la hipertensión es de cuidado después de esa edad. “Tuve una paciente de 45 años que era hipertensa y al quedar embarazada tuvimos que hacerle un control porque después de las 20 semanas de gestación, empezó a tener registro de tensión alta”, revela González.
Menciona que tanto la hipertensión crónica y gestacional incrementan el riesgo de preeclampsia y eclampsia, que son trastornos hipertensivos que pueden presentar las madres durante y después del embarazo.
“Aunque no hay datos precisos, varios estudios revelan que después de los 40 años sus hijos pudieran enfrentar problemas cromosómicos porque siendo un padre más adulto el bebé presentaría trastornos cognitivos, autismo o Síndrome de Down”, sostiene la gineco-obstetra.
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Infertilidad
En los hombres también se producen algunas alteraciones en el organismo que dificultan o empeoran la evolución de la concepción de una nueva vida.
Marcos Fernández narra que tiene 15 años de casado y aplazó tener un hijo por razones laborales. A los 41 años decidió tener un bebé, con su esposa de igual edad, y confiesa que le costó conseguirlo.
“Después de hacerme un espermograma, nos dimos cuenta que mis espermatozoides no estaban bien, se encontraban deformes. Tuve que seguir un tratamiento para mejorar mi cuenta espermática y poder concebir un hijo con mi pareja”, señala Fernández.
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El urólogo Faustino Jaramillo manifestó que después de los 40 años, el hombre experimenta niveles de degradación del esperma, incrementando la posibilidad de mutaciones genéticas y producción de células incompletas.
“Es importante que los hombres sepan que ciertos hábitos como fumar, una mala alimentación y el estrés, influyen en el volumen y calidad del esperma. Lo ideal es consultar con el especialista para una revisión exhaustiva de todos sus niveles hormonales y detectar las causas que le impiden tener hijos”, comenta el doctor Jaramillo.
Cambios emocionales
El embarazo después de los 40 años genera también visiones de todo tipo, dependiendo el círculo social en el que se desenvuelva la mujer.
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La psicóloga Sandra Elena Díaz menciona que convertirse en madre después de esa edad pudiera ser muy favorable porque la mujer ha logrado cierto nivel de madurez y cuenta con una posición económica y relación de pareja estable.
“Por lo general, estas decisiones ya fueron tomadas con antelación, existe una mayor conciencia de lo que será criar a un hijo. Al principio podría resultar difícil, pero se sentirá más segura de afrontar todos los episodios de la maternidad”, explica Díaz.
Precisa que aunque algunas mujeres gozan de una buena salud, ser madre en una etapa muy tardía de su vida conlleva riesgos para su bienestar y el de su bebé. Insistió en que ciertas limitaciones físicas no deben frenar el deseo de ser madre.
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“Si fue un embarazo que no esperaban o fue planificado, lo importante es hacer un seguimiento médico, hacer todos los controles necesarios para que el parto tenga un feliz término”, dice la psicóloga.
Después de su embarazo, Arianis presentó depresión posparto. “Pasaron muchos años desde mi primer embarazo y no me sentía con las mismas fuerzas, me deprimí mucho y sin razón me daban muchas ganas de llorar”, comenta.
La doctora Díaz sostuvo que las madres pueden sentir cambios de ánimo, llamado depresión posparto.
“Se sienten ansiosas o enojada, presentar episodios de llanto, falta de apetito o no pueden conciliar el sueño. Son situaciones que terminan los primeros días o una semana después del parto. En caso de no saber sobrellevar deben buscar ayuda especializada”, expresa Díaz.
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