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Exguitarrista de Doctor Krápula está prófugo y nadie sabe dónde está
Durante años fue parte de una de las bandas más populares del país. Hoy, su nombre reaparece en los medios, pero no por su música.
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Colprensa
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Miércoles, 28 de Mayo de 2025

La noticia ha sacudido tanto al mundo de la música como a la opinión pública: Dib Abraham Hadra Arciniegas, exguitarrista de la reconocida banda colombiana Doctor Krápula, fue condenado a 13 años de prisión por el delito de actos sexuales abusivos con menor de 14 años. Sin embargo, el músico no ha sido capturado. Está desaparecido. Y mientras la justicia lo busca, organizaciones feministas exigen respuestas.

Conocido por ser parte de una de las bandas más influyentes del rock mestizo en Colombia, Hadra Arciniegas dejó de formar parte de Doctor Krápula en 2018. Para entonces, el proceso judicial en su contra ya había comenzado silenciosamente, lejos del foco mediático.

Según el expediente judicial, los hechos ocurrieron entre 2015 y 2016, cuando el músico habría cometido actos sexuales abusivos contra una menor. Fue la madre de la niña quien interpuso la denuncia tras conocer la verdad de boca de su hija. La Fiscalía inició el proceso, y luego de años de trámite judicial, en noviembre de 2024 el Tribunal Superior de Bogotá dejó en firme la condena.

Pero para ese momento, el exguitarrista ya no estaba disponible para enfrentar su pena.


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La justicia lo busca… sin éxito

El paradero de Hadra Arciniegas es hoy un enigma. Las autoridades colombianas lo han declarado oficialmente prófugo. Su nombre ya circula en bases de datos judiciales, pero no hay rastro de él. No se presentó voluntariamente ante la justicia, y no hay registro migratorio que indique una salida reciente del país.

La Fundación Yo Sí Te Creo, que acompaña a sobrevivientes de violencia sexual, ha elevado su voz con firmeza: “No es posible que una persona condenada por abuso a una menor esté libre, evadiendo la justicia como si nada. Exigimos su captura y que se garantice justicia para la víctima”, señaló la organización en un comunicado reciente.

Hasta el momento, Doctor Krápula no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre el caso. Si bien la banda se ha caracterizado por tener una postura activa frente a causas sociales y ambientales, esta vez el silencio predomina.

Algunos sectores de la opinión pública han cuestionado la falta de posicionamiento frente a una condena tan grave. Otros recuerdan que Hadra Arciniegas abandonó la agrupación hace varios años, y que los actuales miembros no deberían cargar con las culpas de un exintegrante.

Sin embargo, en el ámbito del entretenimiento —donde la imagen pública y la coherencia ética pesan—, el silencio puede ser también interpretado como complicidad pasiva.


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Más allá de lo mediático, el caso pone en evidencia una problemática estructural: la dificultad del Estado colombiano para hacer efectivas las condenas en casos de violencia sexual, especialmente cuando el victimario tiene recursos, conexiones o simplemente desaparece.

Según cifras de organizaciones civiles, más del 60% de los condenados por delitos sexuales en Colombia logran evadir la captura en algún punto del proceso judicial.

“Este no es un hecho aislado, es una muestra dolorosa de cómo la impunidad sigue siendo la norma en casos de violencia contra niñas y adolescentes”, afirmó una vocera de la Red Nacional de Mujeres.

Para la víctima y su familia, la condena significaba un paso hacia la reparación, un mensaje de que la justicia puede funcionar. Pero hoy, con el condenado prófugo y sin señales de respuesta institucional efectiva, ese mensaje se ha diluido en la incertidumbre.

Mientras tanto, el rostro del exguitarrista circula en redes sociales, acompañado de llamados de atención y exigencias de justicia. El rock, que alguna vez fue su escenario, hoy se convierte en el eco de una verdad incómoda: el arte no exime del castigo, y las guitarras no deben silenciar las voces que claman por justicia.


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