La gasolina que se encuentra  subiendo la cuesta del aumento mensual para, según el Gobierno Nacional, bajar el billonario déficit del Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, generó ahora una opción para el gremio de los taxistas que empezará a probarse en breve.

Primero se había planteado la alternativa del precio diferencial del combustible para los conductores de la mancha amarilla, la cual fue descartada posteriormente por diversas razones de operatividad y complicaciones que podrían llevar a generar más  problemas que soluciones.

Entre los fantasmas  que aparecieron al tratar dicha alternativa figuraron los desafíos operativos y los riesgos de la desviación de recursos.

Incluso se llegaron a hacer advertencias que esto podría desencadenar en una motivación a la venta ilegal de esa gasolina  a precio especial, porque los controles  podrían ser fácilmente evadidos y que tampoco era técnicamente efectiva la asignación de determinadas  estaciones para que atendieran exclusivamente al parque automotor para este servicio de transporte individual.

Según los análisis que se hicieron a esta alternativa que ya fue desechada, la tarifa diferencial en las más de 213.000 gasolineras que funcionan en Colombia era una labor imposible y en cambio sí llena de diversos riesgos como ese de la probable aparición de un mercado paralelo de ese hidrocarburo, lo cual afectaría las finanzas y desvirtuaría totalmente la situación que se ha querido corregir en materia de apoyo a los taxistas.

En el mismo Ministerio de Transporte al encontrar que había más contras que aspectos favorables y que de pronto el esfuerzo que se hiciera pudiera terminar favoreciendo acciones de tipo ilegal, se dio el paso hacia la consolidación de la compensación para los taxistas colombianos.

Entretanto, en un trabajo conjunto por parte de los ministerios de Hacienda,  Minas y de  Transporte se hará un ejercicio de medición de consumo de combustible de estos vehículos en todo el territorio nacional, con el fin de contar con más lineamientos técnicos para la posterior asignación económica definitiva.

Se reconoció que este promedio puede variar significativamente entre ciudades, como Bogotá, las regiones costeras o el sur del país. Esta información permitirá un mayor control sobre el consumo y la eficiencia energética de los vehículos de taxi en todo el territorio nacional.

Por el momento, el anuncio es que a los taxistas que cumplan con los requisitos exigidos, entre ellos la vigencia de la licencia de conducción de transporte público, recibirán $100.000, cada mes.

El Gobierno Nacional para refutar a sus críticos ha expuesto que no se trata de un subsidio y que la permanencia en el tiempo de este apoyo económico gubernamental a los conductores de taxis estará  en operación mientras lo determine el Ministerio de Hacienda, de acuerdo con la salud de las finanzas públicas.

Entre las aclaraciones que se han hecho, es que el bono se le entregará  directamente al conductor del taxi, para lo cual se ha pedido la actualización del RUNT.

Y como no faltarán quienes se quieran saltar las normas para hacerse acreedores del beneficio, el viceministerio de Transporte ha advertido que habrá sanciones ejemplares y expulsión de alguna manera del programa si quieren hacerle la trampa o buscar la forma en la cual puedan acceder a estos recursos sin ser conductores.

Ahora la inquietud que queda entre los pasajeros es si los 9.000 taxistas del área metropolitana de Cúcuta cuando empiecen a cobrar esta ayuda para soportar en algo el reajuste a la gasolina, dejarán de subirle a las carreras.

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