Este año se han vendido 234.592 viviendas nuevas en el país, el segundo mayor nivel de la historia reciente del mercado inmobiliario y un 28% más frente al promedio del período 2016-2019, aunque con una reducción en las ventas del 9% en comparación con 2021.
De acuerdo con Edwin Chirivi, presidente (e) de la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), en Norte de Santander la reducción fue del doble, al registrar 18,2%, pues este año se han vendido 4.661 unidades habitacionales, mientras que el año pasado fueron 5.698.
Sostuvo que la inflación, que hasta noviembre se ubicó en 12,53%; el desempleo, que fue de 9,7% hasta octubre; y las tasas de interés influyeron en la decisión de compra por parte de los hogares.
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“En donde hay más informalidad, baja el acceso a vivienda, pero, si se mira la composición demográfica de Cúcuta, es un número cerca de un millón de personas. ¿Cuántas unidades tiene que producir para ir cerrando su brecha habitacional y mantener la formación de hogares? La proyección nos dice que tiene un potencial de 6.500 unidades, frente un mercado que está construyendo 4.500 viviendas en promedio”.
El líder gremial manifestó que por eso es fundamental tener una política de vivienda sólida, como el programa Mi Casa Ya, que ha permitido que la vivienda social en Cúcuta haya dado un salto cuantitativo en los últimos años.
Para Mateo Montebello, gerente de Camacol Cúcuta y Nororiente, pese a la baja en venta, el sector construcción en esta zona del país tuvo un año favorable, siendo uno de los mejores períodos.
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Agregó que, por la dinámica del sector, el número de viviendas que se construyen actualmente es suficiente, debido a la capacidad de las personas para adquirir vivienda.
“Es clave tener en cuenta que el déficit no solo es cuantitativo, también cualitativo, que es más grande, porque muchas familias tienen vivienda, pero no en las condiciones idóneas, por ejemplo, en invasiones o zonas de riesgo y esa demanda hay que satisfacerla que se ha venido haciendo con los municipios”, aseguró Montebello.
Incertidumbre por Mi Casa Ya
Mateo Montebello expresó que la expectativa del sector para 2023 es que siga creciendo en unidades construidas y vendidas. Sin embargo, hay una “incertidumbre muy grande por Mi Casa Ya”.
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“A pesar de que el Gobierno anunció que se va a continuar, hay ciertas dudas de la manera en la que se va proceder en la entrega de esos subsidios. Además, el tema inflacionario ha afectado los costos de construcción. Antes, la actualización de los precios para el presupuesto de un proyecto se hacía cada 1 o 2 años, ahora toca cada mes o menos”.
Montebello destacó la importancia de la actualización de los Planes de Ordenamiento Territorial (POT), que va ligado al Plan de Desarrollo Nacional, porque en ciudades como Villa del Rosario están desactualizados desde hace muchos años. Pero ven con preocupación que esto no se pueda lograr, dado que el otro año los alcaldes terminan sus períodos, por lo que no podrían construir allí.
Edwin Chirivi dijo que para 2023 se espera una convergencia de factores positivos como la reducción de la inflación, la corrección de tasas de interés y la moderación en los costos de construcción.
“Se iniciará la construcción de 189.000 viviendas, de la cuales 133.000 serán VIS; y se venderán 250.000 unidades nuevas, 177.000 serán VIS”. Con esta actividad, Chiviri estimó que el Producto Interno Bruto (PIB) del sector crecerá 9,8% en 2023; las ventas de vivienda aportarán 5% de inversión a la economía
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